Usar el correo electrónico como un motor de búsqueda; comprar y vender al estilo eBay desde un email y recibir y repartir la señal de internet en pequeños dispositivos camuflables en teléfonos y tablets han sido los proyectos ...
A eso de las 9 de la mañana, a “ritmo cubano” como señalaban los organizadores, la enorme sala blanca y diáfana que acogía el Hackathon for Cuba se iba llenando poco a poco de jóvenes con computadoras en sus mochilas. La idea estaba y clara y bien definida: durante nueve horas se iba a producir un intercambio de conceptos, de experiencias y proyectos para tratar de superar las barreras de conectividad en la isla.
Esta iniciativa auspiciada por la organización Raíces de Esperanza, que contó con la colaboración de la Knight Foundation, reunió a unas 50 personas con ganas de ayudar y sobre todo compartir sus planteamientos.
Organizados en grupos de dos a cuatro personas -alguno de ellos en solitario-, expusieron inicialmente el concepto al que iban a dedicar el tiempo, soluciones distintas para contribuir, a su manera, a que la imposibilidad de que los cubanos accedan a Internet no suponga aislarlos del mundo. Tal y como expresaron varios de los “hackathoneros”, existen modos de que los que están allí interactúen, aunque no estén conectados. Hay que recordar que tan sólo un 4% de la población tiene acceso real a Internet, pero que uno de cada cuatro cubanos lee su correo electrónico habitualmente.
Salvi Pascual es uno de los tres premiados y trabaja en una web aún en desarrollo junto a otros socios. Su programa permite la compra venta de productos de segunda mano entre particulares a través del email. El método es sencillo: un usuario envía un correo electrónico con las palabras de aquello que necesita y el sistema le devuelve otro mensaje con los datos de la persona que ofrece eso que él busca, con toda la información detallada de contacto y una fotografía.
Se trata de algo similar a Ebay, adaptado a la realidad cubana, en donde una hora de conexión en un cibercafé puede equivaler a un tercio o la mitad del salario medio. Por ello en muchos casos se pretenden buscar recursos que no precisen tiempo de conexión, y un email cumple ese requisito.
Email como solución a la lentitud de conexión en Cuba
José Pimienta es otro de los que ayer resultaron galardonados. Su proyecto junto a Osniel González también está basado en la comunicación por email, pero en este caso para poder responder a las búsquedas que les planteen por esta vía. Un servidor recoge cada petición, y la cruza con un sistema que engloba información de la Wikipedia o Google, de modo que automáticamente le ofrece el resultado mediante el envío de otro email.
José recordó además las condiciones de Cuba para tener que poner en marcha sistemas de información tan rústicos. “La conexión apenas va a 256 kb, mucho menos veloz que cualquier teléfono, y similar a la conexión a Internet vía modem de hace una década”.
Además, la limitación de descarga de datos es otra barrera difícil de superar. Existe un cupo mensual de 200 mb para descargar información, lo que supone que con una navegación básica no se pueda usar Internet más allá de unos pocos días antes de agotarlo. El propio visionado de páginas, sin tan siquiera descargar documentos, ya consume poco a poco ese tope, haciendo que para muchos moverse por la red suponga aprovechar cada segundo de conexión.
Descargar una foto que envía un familiar, o el archivo mp3 de una canción, supone casi un utopía dadas las circunstancias. Tratar de encontrar a un amigo de la infancia o buscar pareja a través de las redes sociales es un imposible para la mayoría de la población. Pero los cubanos usan el ingenio en muchos casos, y si bien no se pueden conectar a todas las páginas web porque están censuradas, en las que sí pueden hacerlo tienen que usar los recursos y actuar sabiendo que la velocidad de carga es lenta. En el caso de Google, emplean una opción que está disponible en este buscador y que pocos conocen, la cual permite una visualización rápida y simplificada de los resultados.
Pequeños servidores de internet fácilmente camuflables
Finalmente, el tercero de los premios fue a parar a otra iniciativa que, en vez de tratar de abreviar y simplificar la comunicación como en los dos casos anteriores, se basa en un sistema que permite recibir la señal de internet en pequeños dispositivos camuflables en teléfonos u otros aparatos y redistribuirla hacia cualquier dispositivo que tenga tecnología Wi-Fi, sin necesidad de que esté conectado a Internet previamente. Ronny González, cubano que hace poco que vive en Estados Unidos, es el inventor de esta idea, y la plantea desde un punto de vista práctico, enviando directamente los dispositivos ya instalados a Cuba, y no sólo el chip de conexión.
Los tres proyectos premiados contaron además con una aportación simbólica de $1.000, que puede contribuir a que sus creadores sigan trabajando en ellos y tratar de ponerlos en marcha próximamente.
Esta iniciativa auspiciada por la organización Raíces de Esperanza, que contó con la colaboración de la Knight Foundation, reunió a unas 50 personas con ganas de ayudar y sobre todo compartir sus planteamientos.
Organizados en grupos de dos a cuatro personas -alguno de ellos en solitario-, expusieron inicialmente el concepto al que iban a dedicar el tiempo, soluciones distintas para contribuir, a su manera, a que la imposibilidad de que los cubanos accedan a Internet no suponga aislarlos del mundo. Tal y como expresaron varios de los “hackathoneros”, existen modos de que los que están allí interactúen, aunque no estén conectados. Hay que recordar que tan sólo un 4% de la población tiene acceso real a Internet, pero que uno de cada cuatro cubanos lee su correo electrónico habitualmente.
Se trata de algo similar a Ebay, adaptado a la realidad cubana, en donde una hora de conexión en un cibercafé puede equivaler a un tercio o la mitad del salario medio. Por ello en muchos casos se pretenden buscar recursos que no precisen tiempo de conexión, y un email cumple ese requisito.
Email como solución a la lentitud de conexión en Cuba
José Pimienta es otro de los que ayer resultaron galardonados. Su proyecto junto a Osniel González también está basado en la comunicación por email, pero en este caso para poder responder a las búsquedas que les planteen por esta vía. Un servidor recoge cada petición, y la cruza con un sistema que engloba información de la Wikipedia o Google, de modo que automáticamente le ofrece el resultado mediante el envío de otro email.
José recordó además las condiciones de Cuba para tener que poner en marcha sistemas de información tan rústicos. “La conexión apenas va a 256 kb, mucho menos veloz que cualquier teléfono, y similar a la conexión a Internet vía modem de hace una década”.
Además, la limitación de descarga de datos es otra barrera difícil de superar. Existe un cupo mensual de 200 mb para descargar información, lo que supone que con una navegación básica no se pueda usar Internet más allá de unos pocos días antes de agotarlo. El propio visionado de páginas, sin tan siquiera descargar documentos, ya consume poco a poco ese tope, haciendo que para muchos moverse por la red suponga aprovechar cada segundo de conexión.
Descargar una foto que envía un familiar, o el archivo mp3 de una canción, supone casi un utopía dadas las circunstancias. Tratar de encontrar a un amigo de la infancia o buscar pareja a través de las redes sociales es un imposible para la mayoría de la población. Pero los cubanos usan el ingenio en muchos casos, y si bien no se pueden conectar a todas las páginas web porque están censuradas, en las que sí pueden hacerlo tienen que usar los recursos y actuar sabiendo que la velocidad de carga es lenta. En el caso de Google, emplean una opción que está disponible en este buscador y que pocos conocen, la cual permite una visualización rápida y simplificada de los resultados.
Pequeños servidores de internet fácilmente camuflables
Los tres proyectos premiados contaron además con una aportación simbólica de $1.000, que puede contribuir a que sus creadores sigan trabajando en ellos y tratar de ponerlos en marcha próximamente.