Protestas como las del 11J están a la vuelta de la esquina, dice párroco de la diócesis de Camagüey

Protestas en La Habana el 11 de julio de 2021. (AP Photo/Eliana Aponte).

El sacerdote católico cubano Alberto Reyes Pías dijo en Madrid a la agencia de prensa Efe que está abierto a hablar con toda persona que quiera saber lo que sucede en Cuba y quiera ayudar, y tiene claro que casi dos años después de las marchas masivas del 11 de julio de 2021, otras de esa magnitud "están a la vuelta de la esquina" porque "la gente está harta".

Su visita a la capital española forma parte de una gira propiciada por la ONG Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que también le llevará a Bruselas para hablar sobre la situación en la isla.

En la entrevista con Efe, el párroco de la diócesis de Camagüey dijo que los cambios que desea el pueblo "se tienen que hacer desde dentro de la isla", pero que no se lograrán "sin apoyo externo".

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"Necesitamos la ayuda de la gente que desde el extranjero quiere el bien de Cuba, hay mucha gente que se ha tragado la propaganda de que Cuba es una isla feliz, que estamos bien y seguimos siendo el faro de América Latina", y por ello se ofrece para "iluminar" sobre la situación del país en el exterior, aunque haya "gente que no quiere oír".

"Los sueños son muy bonitos pero la realidad es la que es, el 11 de julio fue un país entero diciendo que no querían esto y a veces lo hablas con personas y no lo ven así. Gritamos libertad y cambio de sistema, ¿es que no es evidente?", se pregunta.

Ese día se produjeron en Cuba las mayores protestas antigubernamentales en décadas por la situación social y económica que vive el país. Comenzaron en San Antonio de los Baños y se extendieron en toda la isla. El Gobierno respondió con detenciones masivas de opositores y ciudadanos, algunos menores de edad. Las ONG Cubalex y Justicia 11J documentaron 1.484 arrestos.

EL GOBIERNO "ANQUILOSADO" Y LA POBLACIÓN "CON MIEDO"

Para Reyes Pías, el Gobierno cubano está "anquilosado, cerrado en el discurso de los años 60". "Son las mismas cosas, está fosilizado, es incapaz de ver la realidad; el 11 de julio tuvo como resultado una represión brutal, policías en las casas, demostraciones de fuerza, encarcelamientos...", denunció.

Según afirma, los juicios a los participantes en las marchas "se siguen haciendo cada uno o dos meses, de modo que hay uno nuevo y vuelve la noticia del juicio y la condena...es un recordatorio continuo de esto es lo que le va a pasar" si se suma a una protesta.

Amnistía Internacional ha criticado duramente los juicios a los manifestantes del 11J y ha expresado su deseo de observar dichos procesos judiciales.

"Hay dos cosas que actúan muy en contra del cambio en Cuba: el miedo y la desesperanza", dijo el religioso. "La gente tiene miedo, el Gobierno no está jugando y si te tiene que meter en la cárcel lo va a hacer, y por otro lado hay una indefensión aprendida, hay muchos cubanos que creen que aquí no hay nada que hacer".

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EL ÉXODO, "UN NEGOCIO REDONDO"

El sacerdote recuerda que desde finales de 2021 los cubanos pueden viajar sin visa a Nicaragua, "una válvula de apertura" que "ya se esperaba". Por esa vía "se ha ido muchísima gente". Se calcula que "un cuarto de millón de personas han salido de Cuba" desde las protestas de 2021, explica.

"Ahora la otra válvula es que personas que viven en Estados Unidos patrocinen a cubanos, o hacerse ciudadano español (pedir la nacionalidad por parentesco); mucha gente lo está haciendo para irse del país y tampoco han cesado los viajes ilegales", enumera.

Cree que existe "un efecto llamada y un desespero por irse" de la isla, no solo entre los más jóvenes sino también entre personas mayores.

"Esta es la oportunidad de irse, hay una crisis de alimentación, de medicamentos, de transporte, y ahora con los cortes de luz, que son cada vez más frecuentes y más largos, la situación es muy desesperante, no hay ningún signo de esperanza de que vaya a haber un cambio", denuncia a la agencia Efe.

Con todo ello, se está dando "un éxodo que es un negocio redondo" para el Gobierno. Explica el padre Alberto Reyes Pías que "se va la gente contestaria, se resuelve en parte el problema habitacional y el Gobierno sabe que todas esas personas en cuanto se estabilicen van a mandar dinero a la isla".