Privatizar el mercado interno mejoraría las ofertas y bajaría los precios: opinan cubanos

Una cola en una panadería en La Habana en marzo de 2024. Muchos cubanos opinan que para mejorar la oferta y bajar los precios habría que privatizar el mercado interno.

Miguel Díaz-Canel ha dicho que aspira a mejorar los niveles de oferta, la calidad de los servicios y avanzar en el ordenamiento del control interno del Comercio Interior en la Isla, pero la población cree que no bastan “los buenos deseos”, sino que hay que cambiar las estructuras del sistema.

A raíz de las declaraciones del gobernante sobre el trabajo de Comercio Interior durante el 2023, cubanos opinaron, a Martí Noticias, que para mejorar la oferta y bajar los precios habría que privatizar el mercado interno.

“Lo que necesita el comercio interior en Cuba es privatizarse. Los gobiernos no pueden ser bodegueros, no pueden ser dueños de las panaderías. Lo que está entorpeciendo el Comercio Interior es, precisamente, la gestión del Gobierno”, indicó el economista Hidelbrando Chaviano, desde la capital cienfueguera.

“Si los comerciantes pudieran comprar en almacenes privados los productos que necesitan para ofertar, los comerciantes podrían poner los precios de acuerdo con lo que dicta el mercado. No tiene que haber oficinas para decidir si los precios del mercado son muy altos o son asequibles a una categoría de personas. Eso no lo puede decidir el gobierno, eso lo decide el mercado, la libre empresa. Los que exportan, los que importen, los productores, los comerciantes, los transportistas, toda esta actividad tiene que ser privada”, insistió el especialista.

En la reunión de balance del Ministerio de Comercio Interior, celebrada el miércoles, Díaz Canel instó a “aplicar de forma coherente los pilares de gobierno” e innovación, así como la informatización de los procesos para lograr mayor productividad y control".

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“No se trata de un problema organizativo, ni de disciplina ni de tecnología. El problema es la intromisión del Estado en las actividades económicas, porque hay una gran burocracia metida en el medio y de ahí viene dentro de esa gran burocracia la gran corrupción”, señaló Chaviano.

En el poblado de Matahambre, en Pinar del Río, como en el resto de la Isla, los vaivenes e incertidumbres del mercado interno en Cuba obligan a los pobladores a deambular en busca de algún alimento para llevar a la boca, lamentó Ifrain Rodríguez.

“No hay productos y, cuando los hay, tienen muy mala calidad. Para salir al pueblo a comer algo tiene que ser en los kioscos particulares. Hoy mismo caminas todo el pueblo de Minas de Matahambre y no encuentras nada en ofertas del Estado, excepto una pizzería que está ubicada en el centro del pueblo y venden ron, cigarros y tabaco, no venden pizza, porque no tienen harina”.

La habanera Regina Coyula opinó que el afán del gobierno de centralizar la economía ha provocado el desastre en el que se encuentra el país.

“Lo quieren controlar todo y entonces son muy reacios a soltar de manera tal que se imponga la competitividad. De hecho, parece que la realidad los ha llevado a liberar algunos sectores, porque ahora la sábana corta: compran petróleo, o compra pollo, o compran medicina, o compran leche”, precisó la habanera Regina Coyula.

“Ellos mismos han impuesto los precios estos de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) compitiendo con los privados. El Comercio Interior es de los más afectados por la debacle que hay acá, nada más tiene que mirar la canasta básica que se ha reducido a una cosa simbólica”, recalcó Coyula.

El Estado ha tratado, una y otra vez, de rectificar o perfeccionar el control en este sector. El control ha sido nefasto y no ha resuelto las necesidades de la población, como ellos mismos han reconocido.

La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, mencionó, entre los problemas principales de ese sector la escasa e inestable oferta de productos y servicios en la gastronomía popular y la poca efectividad de las medidas implementadas para prevenir y enfrentar el delito, las ilegalidades y los hechos de corrupción.