El biólogo Oscar Casanella denunció este viernes la presión sicológica que vive junto a su familia tras varias semanas retenido en su vivienda, bajo la vigilancia constante de agentes de la policía política.
Las autoridades aplican el arresto domiciliario no declarado a varios activistas del Movimiento San Isidro (MSI), en La Habana, entre ellos a Casanella, al escritor Abu Duyanah Tamayo y a la periodista independiente Iliana Hernández.
Casanella, quien lleva más de un mes con su servicio de telefonía interrumpido, precisó a Radio Martí que desde el 31 de mayo está sitiado, el mismo día en que fue sacado del hospital el artista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del MSI.
Lee también Importantes instituciones norteamericanas piden al régimen poner fin a ola represiva en Cuba“Están ahí, vestidos de civil. A veces hay uno, a veces son dos. Tienen una o dos motos. Cuando hay mucho sol se esconden, pero no te salen al paso inmediatamente, y te dicen que no puedes salir y que serás detenido”, dijo.
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En un post en Facebook, Casanella, residente en Calle San Juan Bautista, entre 35 y 37, en Nuevo Vedado, La Habana, cuestionó a las atoridades por su retención domiciliaria, que considera ilegal.
"¿Por qué no puedo salir de casa? ¿Por qué le niegan a mi familia los servicios de telefonía móvil? ¿Quién se atreve a presentar un documento legal que justifique mi ilegal prisión domiciliaria?", escribió, junto a fotos de los agentes de la Seguridad del Estado que lo vigilan.
"¿Qué puedo hacer frente a este estado totalitario y violador sistemático de los derechos humanos?, concluyó.
Lee también Cuba vive otra Primavera Negra, con 150 presos políticos, afirma Prisoners DefendersEl biólogo y activista se comunica gracias a la ayuda de otras personas. “Mi esposa y yo estamos incomunicados, sin servicio en telefonía móvil”, aseguró.
Casanella ha permanecido sitiado de forma intermitente: del 15 al 22 de abril, luego desde el 1 de mayo hasta el 8 de ese mes, también el 20 de mayo, y retomaron el cerco policial el 31, que se mantiene hasta hoy.
“Esto realmente es insoportable sicológicamente, más que para mí, para mi familia, porque entonces estoy recargando a mi esposa, que es la que tiene que salir a hacerlo todo”, denunció el activista.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)