Tres opositores cubanos que cumplen condenas en prisión denunciaron este miércoles múltiples violaciones por parte de las autoridades penitenciarias, según informó desde Sibanicú, en Camagüey, Jiordan Marrero Huerta, presidente del Partido Demócrata Cristiano de Cuba.
Felipe Martín Companioni, del partido Pedro Luis Boitel cumple condena de siete años por los delitos de desacato, atentado y resistencia al arresto. El opositor fue sentenciado en noviembre de 2015 y este miércoles cumple 20 días en huelga de hambre.
"Tomó la drástica decisión el día 5 del mes en curso de plantarse en huelga de hambre, y se encuentra en una de las celdas de castigo (conocida como Las Pateadas) de la prisión de Kilo 7", dijo Marrero Huerta.
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El opositor explicó que la Seguridad del Estado aplica medidas restrictivas a los prisioneros políticos en prisión, como la suspensión de las llamadas telefónicas. De esta forma, las autoridades tratan de evitar las denuncias sobre las precarias condiciones en las que viven los reos.
También está el caso de Enrique Bartolomé Cámbara Díaz, del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, condenado en 2011 a 11 de años en la cárcel de Kilo 8 por el presunto delito de recortería de carne de res.
"Cámbara Díaz lleva más de dos meses en celda de castigo tapiada, con serios problemas de salud", denunció Marrero Huerta. El opositor, añadió, lleva la mayor parte de su tiempo en prisión en celda de castigo "por denunciar los abusos, las torturas que se cometen en estos centros penitenciarios".
El otro recluso es Alexander Palacios Reyes, del Frente de Resistencia Cívica, que ya casi cumple los cinco años de condena por desacato y atentado recibida en el 2015, y continúa recluido en Kilo 8, con régimen de máximo rigor.
"Es arbitrario, es abusivo que con una condeda de cinco años de privación de libertad permanezca recluido en esta prisión", concluyó Marrero Huerta.
Durante años, presos políticos y reos comunes han denunciado el arbitrario proceder de las autoridades penitenciarias en estas y otras cárceles de la isla. Cuando sus denuncias han logrado trascender las barreras de sus celdas, han sido castigados con severidad, pero no silenciados.
(Con reporte de Tomás Cardoso para Radio Martí)