El preso político cubano Juan Enrique Pérez Sánchez fue reprimido violentamente por los oficiales de la prisión de Quivicán, provincia de Mayabeque, donde cumple una condena de ocho años por manifestarse de manera pacífica el 11 y 12 de julio de 2021, confirmó a Martí Noticias su esposa, Dayana Aranda Batista.
Pérez Sánchez entró a desayunar al comedor de la prisión esta mañana vestido de blanco. Consigo llevaba un cartel que por un lado decía “abajo la dictadura” y por el otro, “era tanto el hambre que nos comimos el miedo”, la misma frase que llevaba consigo cuando salió a las calles de Nueva Paz para manifestarse en julio de 2021
“Los guardias lo tiraron al suelo y le pisaban la cabeza con los pies. Se lo llevaron esposado. Estoy alterada, mi esposo está plantado en la prisión. Se ha declarado en huelga de hambre”, aseguró Aranda Batista.
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Poco antes, Dayana le había explicado al activista Marcel Valdés que cuando Juan comenzó a gritar consignas los guardias le fueron arriba. “Pido ayuda, la vida de Juan Enrique está en peligro, Juan desde el día uno fue torturado, le rompieron una costilla, le han hecho todo tipo de cosas y él sigue firme. Cualquier cosa que le pase a Juan Enrique Pérez es responsabilidad de la dictadura castro comunista”, comentó.
A mediados de abril el prisionero político fue trasladado a una celda de castigo por vestir un pulóver con el letrero “Patria y Vida” y gritar frases contra la dictadura. Lo hizo luego de que a su esposa la intentaran trasladar por la fuerza a una estación de la Policía, sin una citación oficial.
"Nunca me traen una citación formal y entonces yo me niego a acudir a la policía porque es ilegal pero ese día ya no era que me estaban citando, era que me querían obligar a subir a la patrulla, yo no me dejé y no pudieron forzarme porque estaban las dos niñas mías delante, los vecinos”, relató a Martí Noticias en ese momento.
“No sé de qué forma él lo supo allá dentro de la prisión y, en forma de protesta, se quitó su ropa de preso, se puso un pullover blanco donde escribió las frases ‘Patria y Vida’ y ‘Viva la Constitución de 1940’ y empezó a gritar dentro del destacamento ‘Abajo el comunismo’, ‘Abajo la dictadura’, ‘Libertad para nosotros los presos políticos. Por eso es que está en celda de castigo”, comentó.
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Juan Enrique, de 41 años, y padre de cuatro hijos menores de edad fue condenado a ocho años de privación de libertad por los supuestos delitos de desórdenes públicos, desacato y sabotaje en un juicio que se extendió del 13 al 15 de diciembre de 2021 en el Tribunal de Santiago de las Vegas, en La Habana.
Un año después de su detención narró en una carta los abusos a los que había sido sometido. Según refiere, durante su arresto en plena protesta los guardias le provocaron una fractura en las costillas y serias lesiones en una de sus rodilla tras la golpiza que le propinaron.
"Los médicos nos miraban aterrorizados porque no les permitieron sacar certificados de lesiones ni visitarnos hasta pasados los ocho días, con el propósito de que bajaran las hinchazones", contó.
El prisionero político dijo además en la misiva que, en los primeros días en la cárcel, lo obligaban a gritar consignas a favor de Fidel Castro y Miguel Díaz-Canel. El día que lo trasladaron a la prisión de Melena II, ubicada en Quivicán, Mayabeque, los agentes de la Policía llevaban a sus perros sin bozal para intimidarlos.
A dos años de las protestas del 11J, en las cárceles cubanas hay al menos 1.047 presos políticos, de ellos, 661 fueron detenidos durante las históricas protestas del verano del 2021, de acuerdo al más reciente informe de la ONG Prisoners Defenders, que sumó 16 nuevos casos en el mes de junio.
“Desde enero de 2023, la media de presos políticos que entran en nuestra lista es de 19 al mes, algo que multiplica por 4 la media de prisioneros políticos con las que se nutría nuestra lista antes de los eventos del 11J. Aún siguen saliendo casos que estaban presos desde el 11J. En muchas otras ocasiones son nuevas razias ejercidas por el Gobierno cubano ante manifestaciones posteriores” a ese día, indican.
Según explican en el documento, “los menores, los jóvenes, las mujeres y el colectivo LGTBI son algunos de los grupos más torturados en prisión, donde el 80% de los presos sufren al menos 5 tipos de tortura y no pocos hasta 15”.