La Premio Nobel de la Paz iraní Narges Mohammadi y otras reclusas en la prisión de máxima seguridad de Evin, en Teherán, resultaron heridas a principios de esta semana en enfrentamientos que estallaron después de una serie de ejecuciones, dijo la familia de Mohammadi a Radio Europa Libre/Radio Libertad (RFE/RL).
El esposo de Mohammadi, Taghi Rahmani, dijo que Mohammadi sufrió problemas respiratorios y fuertes dolores en el pecho después de recibir un puñetazo en el pecho y fue trasladada a la clínica de la prisión.
Rahmani, que habló por teléfono con RFE/RL desde París, dijo que varias mujeres fueron atacadas por guardias durante los enfrentamientos del 6 de agosto. El brazo de Mohammadi también quedó magullado, precisó.
Las mujeres heridas fueron trasladadas a la clínica de la prisión para recibir tratamiento y posteriormente devueltas a su pabellón.
Aunque la agencia de noticias del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica afirmó que el enfrentamiento fue un disturbio, Rahmani subrayó que debe quedar claro que se trató de una protesta en la que las mujeres de la prisión de Evin corearon en el patio del penal contra la pena de muerte.
Agregó que él y el resto de la familia de Mohammadi estaban preocupados por su salud, especialmente porque fue golpeada en el pecho. Mohammadi se sometió a una cirugía por arterias obstruidas en 2022.
Rahmani agregó que Mohammadi, reconocida como una firme defensora del movimiento “Mujeres, Vida y Libertad”, no puede contactar a su hermana en Irán y no se le ha permitido hablar con sus hijos durante dos años y medio. Tampoco ha tenido contacto con su abogado.
"Estas restricciones hacen que todos nos preocupemos por su situación en esa sala, donde otras mujeres también enfrentan condiciones difíciles", dijo Rahmani a RFE/RL.
Antes de que Rahmani hablara con la emisora del gobierno estadounidense, la familia de Mohammadi emitió un comunicado sobre el enfrentamiento el 8 de agosto.
El texto dice que que las mujeres en Evin habían estado protestando activamente contra las ejecuciones en Irán, y tras la ejecución del joven Reza Rasaei, varias prisioneras se reunieron en el patio del penal para expresar su disidencia, coreando consignas contra la pena de muerte.
Una mujer sufrió una crisis nerviosa y se desmayó, y otra se desmayó por la tensión emocional, según el comunicado, el cual agreg que Mohammadi y otras reclusas protestaron contra las puertas cerradas que impedían que las presas en estado crítico fueran llevadas a la clínica de la prisión.
Las autoridades iraníes reconocieron que hubo un enfrentamiento el 6 de agosto, pero culparon a Mohammadi de una "provocación" y negaron que hubo golpizas.
Dos prisioneras "tenían palpitaciones cardíacas debido al estrés", pero los exámenes médicos determinaron que su estado general "es favorable", dijo la administración penitenciaria de Irán en un comunicado, según la agencia de noticias Tasnim.
Mohammadi, de 52 años, ha estado haciendo campaña por los derechos humanos en Irán durante décadas y ha estado entrando y saliendo de prisión durante los últimos 20 años. Ha sido condenada cinco veces desde marzo de 2021 y actualmente cumple una condena de 12 años de prisión por "difundir propaganda" contra la república islámica.
Las ejecuciones que tuvieron lugar esta semana provocaron la indignación de varias organizaciones civilistas. El Grupo de Derechos Humanos Irán, con sede en Noruega, dijo que 29 personas fueron ejecutadas en dos prisiones en la ciudad de Karaj, solo el 7 de agosto.
Rasaei, de 34 años, fue el décimo hombre ejecutado por Irán en relación con las protestas de "Mujeres, Vida, Libertad" que estallaron tras la muerte de una mujer bajo custodia policial, que había sido detenida por la policía de la moral por usar mal el velo. El poder judicial iraní confirmó que Rasaei fue ejecutado el 6 de agosto.
(Con información de AFP, Radio Europa Libre/Radio Libertad)