El Partido Popular (PP) de España, favorito en las encuestas de intención de voto para las elecciones del 23 de julio, ha prometido “apoyar de un modo firme la defensa de los derechos humanos y la transición a la democracia en Cuba, Venezuela y Nicaragua”.
El programa electoral de los conservadores menciona tres veces a Cuba y coloca a Iberoamérica como “uno de los ámbitos fundamentales” en la acción exterior española, debido a los “profundos vínculos históricos, culturales, políticos, económicos y sociales”.
“España debe tener un papel más activo en un continente que está en profunda transformación y en el que, junto con indudables oportunidades, han aparecido desafíos como nuevas formas de populismo y en el que Rusia está incrementando su influencia”, recoge el documento.
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La centroderecha promete, además, “un firme apoyo a las fuerzas democráticas” de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En temas jurídicos y migratorios, el partido liderado por Alberto Núñez Feijoo avanza que reformará la llamada Ley de Nietos.
“La comunidad de descendientes de españoles mantendrá el derecho de opción a la nacionalidad española, garantizado por una ley de Acceso a la Nacionalidad de los Nietos reformada. Para atender esta demanda también se hace necesario el refuerzo de los consulados encargados de la tramitación de los expedientes de nacionalidad”, dice el programa electoral.
En relación con otras zonas de América Latina, el PP quiere que España sea “el puente con la Unión Europea, con iniciativas como la firma del Tratado de Libre Comercio con Mercosur”.
En resumen, el partido líder en las encuestas busca “recuperar una política exterior seria, fiable y predecible”, para lo que, según dice, España “necesita un gobierno compacto, que no arroje dudas sobre sus lealtades, en asuntos como la guerra de Ucrania o la promoción de la democracia, el pluralismo político y los derechos humanos, allí donde se cuestionan”.
Todas las encuestas —salvo las gubernamentales— prevén la victoria del Partido Popular, aunque lejos de la mayoría absoluta, fijada en 176 diputados. Si se produce finalmente tal escenario, Feijoo necesitaría los votos de VOX (extrema derecha) para formar gobierno, mientras socialistas y comunistas quedarían lejos de reeditar su alianza.