El sistema de drenaje pluvial de La Habana fue diseñado para una urbanización de 600.000 habitantes y su construcción se realizó entre 1905 y 1915, por lo que hoy se encuentra sobrecargado.
Permite drenar 63 metros cúbicos de agua por segundo en sus mayores cuencas, pero la creciente urbanización y la falta de un mantenimiento adecuado han disminuido su eficiencia haciendo que, en situaciones de lluvias intensas, su respuesta sea insuficiente.
La cantidad de basura en las calles que termina en los tragantes (el primer punto del sistema de drenaje) también contribuye alas inundaciones.
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