Mientras unos celebran el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos con la apertura de embajadas este miércoles, otros condenan al presidente estadounidense Barack Obama por las excesivas concesiones al Gobierno de los Castro.
"El Gobierno de Obama está entregando a los Castro su anhelado sueño de legitimidad sin conseguir ni una cosa para el pueblo cubano oprimido por esta brutal dictadura comunista. Las relaciones con el régimen de Castro no deben ser revisadas, y mucho menos normalizadas, hasta que los cubanos gocen de libertad y ni un segundo más antes", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner (R-OH).
El senador Bill Nelson (D-FL) confesó que aun desconfía de Castro, pero apoya la decisión de Obama, como vía para tener mayor alcance en la lucha contra las violaciones de Derechos Humanos y la promoción de libertades básicas para los cubanos. "Creo que la reapertura de las embajadas es un paso necesario en el largo proceso hacia el logro de ese objetivo".
Uno de los críticos más acérrimos de los esfuerzos del presidente Obama para normalizar relaciones con Cuba es un compañero de partido, el senador demócrata Bob Menendez. El senador por Nueva Jersey criticó al Gobierno por su plan de abrir la embajada en La Habana. Dijo que el Gobierno cubano es el único del Hemisferio Occidental "que no es elegido por sus ciudadanos" y el mensaje del Gobierno estadounidense es, entonces, que "la democracia y los derechos van en el asiento trasero" cuando se trata de buscar un legado.
Mientras, el senador republicano Jeff Flake dijo en un comunicado que ya era hora de poner fin a una política fracasada. Para Flake la nueva política permitirá a Estados Unidos defender sus intereses en Cuba, fortalecer las relaciones con la región y alentar al pueblo cubano a tener un futuro mejor.
El senador demócrata Patrick Leahy, quien se opone al embargo y visitó la isla la semana pasada, felicitó al presidente Obama y a Raúl Castro por el inicio de nuevas relaciones. "Ahora el país más fuerte del mundo podrá mostrar su rostro en Cuba por medio de su propia embajada", dijo.
El congresista Mario Díaz-Balart (R-FL), por el contrario, desaprobó la novedad y citó las violaciones de Derechos Humanos del Gobierno cubano de después del 17 de diciembre: Más de 2.000 arrestos políticos, incremento de la represión a activistas, particularmente los domingos a las Damas de Blanco, tráfico de armas con Corea del Norte y diplomáticos cubanos expulsados de Estados Unidos por espionaje.
"Si una embajada cubana abre en Washington, no representará al pueblo cubano. Representará a los servicios de inteligencia cubanos que perpetúan los abusos de Derechos Humanos contra el pueblo cubano. Servirá a los intereses de los generales militares que ilegalmente contrabandean armas con nuestros adversarios. Y más directamente, servirá a los dictadores que continuarán empobreciendo y oprimiendo al pueblo cubano", agregó Díaz-Balart.
El aspirante a la candidatura presidencial republicana Marco Rubio, senador por Florida e hijo de inmigrantes cubanos, expresó también su oposición al restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba. Además del tema pendiente de los Derechos Humanos, mencionó la confiscación de propiedades a estadounidenses durante la revolución cubana. "Durante toda la negociación, mientras el régimen Castro ha aumentado su represión al pueblo cubano, la Administración Obama ha continuado mirando al otro lado y ofreciendo concesión tras concesión", dijo Rubio.
Por otra parte, instituciones como el Consejo de las Américas y la Oficina de Washington para América Latina (WOLA) y Engage Cuba aplaudieron la reanudación de relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
"Felicitamos al Gobierno de Estados Unidos sobre los cambios radicales que ha adoptado para poner fin a una política de aislamiento hacia Cuba", dijo la presidenta y CEO de la Sociedad y Consejo de las Américas, Susan Segal. "El apoyo abrumador que este nuevo curso ha recibido de los líderes y personas de todo el hemisferio y el mundo confirman que la Administración Obama se está moviendo en la dirección correcta. Esperamos ver en el Congreso aún más los objetivos de estas nuevas políticas para traer beneficios tangibles positivos a las personas y empresas de Estados Unidos, Cuba y la región", agregó Segal.
Geoff Thale, director de WOLA, dijo que es fascinante ver cómo el sentido común finalmente ha logrado definir la política de Estados Unidos hacia Cuba. Marc Hanson, otro representante de Wola, dijo que ahora Estados Unidos tendrá mayores posibilidades de promover sus intereses económicos, políticos y de seguridad en la isla.
Engage Cuba, además de elogiar la decisión en comunicado de prensa, pidió al Congreso el levantamiento del embargo y destacó el derecho de los ciudadanos estadounidenses de viajar libremente y de abrir sus empresas en Cuba. "El acercamiento a Cuba no es una concesión, es un símbolo de fortaleza y la mejor forma de promover los valores norteamericanos", concluyó el mensaje de Engage Cuba.