El Festival Internacional de Cine de Nueva York galardonó a los cineastas cubanos Lilo Vilaplana, y su hijo Camilo, en la categoría a Mejor Dirección por su película “Plantadas”.
“Muy importante porque en el caso de “Plantadas”, Reinol Rodríguez, que fue quien buscó el dinero y se asoció conmigo para hacer la película, ha confiado en mí para la distribución y yo, a mi vez, he buscado a las personas adecuadas, en este caso VIP 2000 que es una compañía exhibidora que está buscando colocarla en una plataforma”, indicó a Martí Noticias el mayor de los Vilaplana.
“También vamos inscribiéndonos en festivales, buscando hacer funciones, dónde nos abren el cine pues entramos al cine, pero si no hay opción de conseguir cine con distribución pues nosotros conseguimos un grupo de gente que se encargue de poner la película en ciudades, en lugares”, dijo.
El largometraje, que recrea la vida de las presas políticas cubanas y su sufrimiento en las prisiones, fue seleccionado de entre más de 30 producciones de varios países de América Latina, Europa, Asia y África.
“Y esto es apenas el inicio. Yo creo que le falta larga vida a “Plantadas” en festivales y en otras ciudades y países. Creo que hay que llevar el mensaje de lo que le hizo el castrismo a las presas políticas cubanas, y lo que le sigue haciendo en la actualidad, lo tiene que saber el mundo y si el régimen trata de interferir en el desarrollo de la película para ocultar todos sus crímenes, vamos a seguir llevándola a todas las partes que sean posibles incluso dentro de Cuba estamos presentándola poco a poco”, resaltó el cineasta.
“Plantadas” se ha exhibido, de forma clandestina, en varias localidades de la Isla: en el Vedado y San Miguel del Padrón en La Habana y en la ciudad de Pinar del Río.
Ha participado en otros eventos del séptimo arte como el Festival de Cine de Toronto Cift donde ganó el premio a mejor película extranjera; el Festival de Cine de Bogotá y el Festival de Cine de Miami en el que obtuvo dos lauros: mejor película y el premio de la audiencia.
Además de sus valores estéticos, la cinta es un testimonio más del historial represivo del régimen cubano que muchas veces pasa inadvertido por otros países.