A Milena Martínez, una pintora cubana-americana que emigró a Estados Unidos en 1995, le tomó años entender que la censura y los límites a la libertad de expresión habían quedado atrás.
En entrevista con Martí Noticias, la artista contó cómo debió reinventarse en el contexto de Miami, donde el conflicto con el poder ya no sería más un incentivo para crear.
“Llegar aquí fue un cambio radical, sobre todo para mí que me nutría tanto de la situación cubana. Aquí la visión te confunde, al quitarte la censura te quedas un poco perdido porque estamos acostumbrados a batallar con aquella cosa y al no tenerla, sientes que te falta el contrincante”, explicó rodeada de su más reciente colección “Manos de la obra”.
“Mi arte es mucho de conflicto y el conflicto se alejó cuando emigré”, admitió.
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Graduada del Instituto Superior de Arte (ISA), Martínez dijo que muchos artistas de la isla “se nutren” de la censura, de lo que está prohibido y de la conflictiva relación que establecen con los censores, con los que deciden qué obra se expone o no.
“Una vez que estoy aquí es encontrar cuál es el conflicto mío, porque yo sigo pensando igual y en ese momento es encontrar un nuevo camino de expresión y toma un tiempo”, explicó.
La prensa, las manos y la censura
“Manos de la obra”, que acaba de presentar en Art Basel Miami, no es una obra hiperrealista, dice la artista. Busca centrar la atención en la reacción humana y para ello utiliza el poder comunicativo de las manos que se “rebelan” a la prensa.
"'Manos de la obra' está tratando de manipular la estética oficialista. En la academia nos enseñan el realismo socialista, donde el individuo es parte de la propaganda", dijo.
"En mi obra elegí las manos para rebelarse contra la propaganda, que es la prensa en el contexto cubano", agregó.
Una de sus obras, titulada "¿A dónde tú crees que vas?", busca mostrar "la tensión que existe cuando hay puntos de vista diferentes, cuando cada uno está halando para distintos sitios, aunque hay quien ve que se están ayudando".
“Y es que la censura ignora las manos y las manos son tremendamente expresivas. Hay infinidad de manos, de gestos de las manos que son libres, las manos son libres y las manos son la parte del cuerpo que yo he escogido para revelarse de la propaganda en la cual ellos fueron creados”, expresó.
Censurada en Cuba
Como algo alejado en el tiempo, esta artista de 45 años recuerda que cierta vez fue censurada en Cuba.
“Yo tenía un cuadro que era un viejito con barbas, blanquito en canas, que remendaba guayaberas (…) tenía toda una colección de guayaberas remendadas, y me dijeron ‘tú sabes que no puedes poner eso’ y yo decía por qué’ y me decían: ‘tú sabes a quién se parece’”, dijo riéndose.
“Ahí dije, entonces está funcionando. Moverse en ese mundo delicado es muy divertido”, explicó.
Consultada acerca de si volvería a exponer en Cuba respondió: “No lo he intentado pero no me importaría hacerlo. No pretendo cambiar nada, soy la misma persona, no tengo ninguna posición diferente de la que yo tenía”, dijo.
¿Cómo percibes el futuro de Cuba?
“Siempre tengo ilusiones, no creo que pueda ser peor, pienso que a la larga todo termine mejorando, esto es un momento de muchas esperanzas”, concluyó.
Su obra será expuesta entre el 21 y el 24 de abril próximo en Artexpo en Nueva York 2017. Parte de su colección viajará a Vancouver, Canadá, donde tendrá representación en Michael Miller Galleries.