El pastor Lorenzo Rosales Fajardo, detenido desde el 11 de julio en Palma Soriano, Santiago de Cuba, está siendo maltratado físicamente en la prisión de Boniato de esa provincia, denunció este jueves el líder apostólico Alaín Toledano.
Rosales Fajardo salió a la calle y se unió al pueblo en las protestas multitudinarias que sacudieron a la isla ese día. En prisión ha sufrido "una paliza", aseguró a Radio Martí el pastor Toledano.
Lee también USCIRF: Las protestas del 11J en Cuba y su impacto en la libertad de religión"Lo que conocemos es que ha sido agredido físicamente. Militares se pusieron de acuerdo para afectarlo a él, mandando reclusos que lo golpearan", detalló.
Las autoridades carcelarias le han prohibido al reo hablar con él, pero este miércoles "pudo hacerme una llamada, y pude conocer de buena mano que está siendo agredido", dijo Toledano.
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"Él me dice que ahora ha podido hacer algunas relaciones dentro, con algunos reclusos, que Dios le ha dado gracia, pero que ha pasado momentos difíciles de agresión. Es confirmado. Se repite la historia, que también ha sucedido con muchos que han estado recluidos. Ahora se repite con el pastor Lorenzo, está siendo agredido, está siendo atacado, y no creo que sea directamente porque los presos lo odian, porque la gente ama a Dios, y la gente respeta a los pastores aún dentro de la prisión", manifestó el líder religioso.
El pastor santiaguero está convencido de que las agresiones contra Rosales Fajardo están siendo provocadas por las autoridades.
"Quiero denunciar esto porque creo que la vida de él está corriendo peligro en el lugar donde está, y su salud también está corriendo peligro, porque él es un hombre que está padeciendo problemas de enfermedad", concluyó.
En septiembre pasado, la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) destacó el caso del pastor Rosales Fajardo en un informe sobre las protestas del 11 de julio, y su impacto en la libertad de religión o creencias en Cuba.
Las autoridades cubanas respondieron deteniendo, a menudo de forma violenta, a unos 700 manifestantes y activistas. Además, hubo "un patrón de denegación de apoyo religioso a los manifestantes" en las protestas antes y después del 11J, denuncia el reporte.
El arresto de Rosales Fajardo fue también violento, dijo entonces a Radio Martí su esposa, Maridilegnis Carballo. "Mi esposo fue golpeado", aseguró.