Aunque reconoce que en Cuba hay una dictadura y pidió la libertad del líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, el Parlamento sueco aprobó el Acuerdo Político y de Cooperación suscrito por la Unión Europea con el gobierno cubano.
Respaldar ese acuerdo fue negativo, pero el debate tuvo algo positivo, según Erik Jennische, director del Programa para América Latina del grupo Defensores de los Derechos Civiles (Civil Right Defenders), con sede en Estocolmo.
“Lo que fue positivo del debate fue que todos los partidos, desde la izquierda hasta la derecha, dijeron que Cuba no es una democracia, que es un sistema de partido único, que no respeta los derechos humanos y que hace falta un proceso de democratización”, declaró Jennische entrevistado por la periodista Yolanda Huerga para Radio Martí.
De acuerdo con Jennische, incluso el partido de izquierda, el ex Partido Comunista, aprovechó la ocasión para convocar a los legisladores a propiciar un cambio político en Cuba.
“Utilizaremos el diálogo y la conversación como una de nuestras formas de impulsar el régimen cubano a la democratización”, dijo el representante del partido de izquierda en el Parlamento sueco.
No tuvieron reparos en llamar a Cuba “un Estado de partido único” y “una dictadura”, porque eso es lo que es, declaró, según lo cita Jennische.
Los parlamentarios suecos se pronunciaron a favor de la libertad de Ferrer, preso desde el 1 de octubre sin que se le haya hecho juicio.
“Su caso muestra muy bien que el gobierno cubano no tiene ningún interés en cambiar nada, y que el diálogo en sí es una farsa”, fue la descripción hecha por los legisladores suecos, de acuerdo con las declaraciones de Jennische a Huerga.
El acuerdo dice promover la cooperación para fomentar el desarrollo sostenible, la democracia y los derechos humanos en la isla. En junio, Estocolmo había revocado el acuerdo del mismo tipo vigente desde 2017.
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“El gobierno revoca el proyecto de ley 2017/18: 285 Acuerdo sobre diálogo político y cooperación entre la Unión Europea y sus Estados miembros, por una parte, y la República de Cuba, por otra”, decía un comunicado difundido el 12 de junio en el sitio oficial del gobierno sueco.
Entonces, Jennische le dijo al portal de noticias Diario de Cuba que Suecia revocaba el acuerdo porque la nueva Constitución cubana probablemente eliminaba la última esperanza de que cooperar con el gobierno cubano propiciaba cambios en Cuba.
Además de Suecia, tampoco habían ratificado el acuerdo entonces Lituania, Irlanda y los Países Bajos.