El prisionero político cubano Rubén Sintes Rodríguez se contagió con Covid-19 en la cárcel Pedernales de Holguín donde cumple su duodécimo año de privación de libertad de una condena a 20 por el delito de “sabotaje de carácter continuado”.
“Dio positivo a la Covid y fue ingresado, hace 5 días, en el centro de aislamiento donde está la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva ‘Pedro Díaz Coello’). Llevamos ya más de cinco meses sin verlo, por la incomunicación que han impuesto”, afirmó desde la capital holguinera su esposa Yalenis Pérez Rodríguez a Radio Televisión Martí.
“La familia tiene que conformarse con el reporte de las enfermeras en el puesto médico ya que no los dejan hablar por teléfono. No puedo decirle palabras de aliento, ni saber cómo se siente mi esposo, que, por cierto, no cogió la enfermedad en una cola, ni en una fiesta, ni en la calle, se la pegaron los guardias que son los únicos que han tenido contacto con él. Tengo información que también hay guardias infectados e incluso una enfermera”, indicó Pérez Rodríguez.
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Debido al alza de positivos de los últimos días en la provincia, el periódico local “Ahora” llamó “a la reflexión a las familias a elevar la percepción de riesgo, la responsabilidad y, por tanto, a extremar medidas de prevención, control e higiene en los hogares”.
“Rubén está, desde hace tres años en un campamento del Plan Confianza; nunca le han dado ni una sábana, ni toallas, duermen en el piso o en colchones. Están hacinados, no les dan medios de protección, ni nasobucos. No les dan agua clorada para lavarse las manos. La nutrición es pésima, los alimentos que consumen están podridos”, dijo.
A principios de abril un grupo de reos de la Prisión Provincial de Holguín escribieron una queja al jefe de Cárceles y Prisiones, el teniente coronel Daniel Díaz Escobar, del Ministerio de Interior, sobre el riesgo de contagio con el coronavirus debido al amontonamiento de cientos de hombres, distribuidos en grupos de hasta 80 reclusos por cada compañía.
Asimismo se han registrado denuncias de reclusos de que el personal que labora en las cárceles no respeta los protocolos de seguridad establecidos para evitar la proliferación de la pandemia.
“Son espantosas las condiciones higiénicas, hay una epidemia de chinches y no fumigan, hay escasez de agua y a la poca que acceden está contaminada”, dijo. “El médico no tiene forma de curar a los enfermos porque no tiene medicinas de ningún tipo”.
Rubén Sintes fue encarcelado en junio de 2009 por incendiar un comercio estatal, una tienda en divisas, para protestar por la situación económica de la población.
En tres ocasiones, Sintes ha intentado con los mandos del penal que soliciten su libertad condicional que ya le corresponde de acuerdo al Reglamento de Cárceles y Prisiones.
“La primera vez, los agentes de la Seguridad del Estado lo ponían en una oficina con una cámara de video para que aceptara, que él no había hecho lo que hizo con fines políticos. Y si lo decía, le daban la libertad inmediata. Así lo maltrataban psicológicamente”, denunció la esposa.
“A mí también se me acercaron y me dijeron que si lo sacaba de la lista de presos políticos le daban la libertad. Yo pienso que es por eso que no se le dan porque él se negó a todas las jugarretas de ellos”, explicó.
“En el Tribunal Provincial me dijeron que todavía lleva muy poco tiempo (12 años) para ser excarcelado. Si le hubieran dado la libertad condicional a la que tiene derecho, hoy no fuera responsabilidad de Prisiones, su enfermedad”, concluyó Pérez Rodríguez.
La expansión del Covid-19 en las prisiones cubanas ha sido ocultada desde que en 2020 se produjeran los primeros casos en la Isla y las autoridades aseguraran que los establecimientos penitenciarios estaban protegidos y con las medidas de higiene necesarias.