Manuel Menéndez Castellanos, ex jefe del Partido Comunista en Cienfuegos y antiguo miembro del "equipo de coordinación y apoyo" de Fidel Castro, llegó a Miami este jueves en la tarde, pudo confirmar Martí Noticias en el Aeropuerto Internacional de esta ciudad.
El ex dirigente fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y diputado a la Asamblea Nacional, y de acuerdo con su biografía oficial, “su destacada trayectoria laboral y política le ha valido diversas condecoraciones, distinciones y reconocimientos”.
Menéndez Castellanos llegó a Miami tras un proceso de reunificación familiar, según supo Martí Noticias más temprano este jueves. Tras largas horas de espera en el Aeropuerto Internacional de Miami, fue admitido a Estados Unidos. En la terminal aérea lo esperaba un grupo de personas.
El ex dirigente cubano llegó ataviado con una camiseta rosada, una gorra y una mascarilla y se negó a responder preguntas de Martí Noticias tras confirmar su identidad en exclusiva a este medio.
“Yo voy para mi casa”, dijo Menéndez Castellanos a Martí Noticias e intentó arrebatar la cámara con la cual se le estaba filmando. Ni él ni su familia dieron comentarios.
Menéndez Castellanos trabajó para el régimen cubano desde 1972, según recoge su biografía oficial. Se vinculó a la Central de Trabajadores de Cuba, un grupo de sindicados adscritos al poder en la isla, y luego fue promovido a Primer Secretario del Partido Comunista en Cienfuegos desde 1993 hasta el 2003.
Durante sus años al frente del PCC en la provincia de Cienfuegos, Menéndez Castellanos fue un ferviente seguidor de Fidel Castro, como atestiguan numerosas publicaciones de la época. También fue representante del régimen castrista en eventos internacionales como el Congreso del Partido Comunista de Venezuela y el X Aniversario de la Unificación de Yemen.
“En Cienfuegos era un dirigente déspota, como todos ellos. Nunca se desvinculó del poder", dijo Joaquín Zardón, un vecino del barrio de Reina que residía en Cienfuegos en la época en la que Menéndez Castellanos era dirigente. "Le decían Manolito, con esa falsa familiaridad con la que los jefes del Partido Comunista intentan pasar por pueblo. Robó muchísimo, como todos los dirigentes, y al final siguió teniendo buenos contactos en la cúpula”, agregó.
Elisa Guerra, una cubana que estaba en el aeropuerto de Miami esperando a sus familiares que llegaban de la isla, dijo que sentía “vergüenza” al ver llegar a un ex dirigente comunista sin que Inmigración hiciera nada.
“¿Cómo es posible que estos dirigentes que han destruido Cuba y dejado ese país en la más absoluta miseria puedan llegar a Estados Unidos y vivir su retiro aquí como si nada? ¿Quién permite esto?”, dijo.
El congresista cubanoamericano de Florida Mario Díaz-Balart reaccionó a la noticia en su cuenta de X. "¿Qué excusa pueden dar el presidente [Joe] Biden y la vicepresidenta [Kamala] Harris que mientras mantienen a las familias cubanas divididas en este limbo legal, otorgan visas a todos los verdugos y matones del régimen de Castro?", escribió el viernes.
La saga de ex dirigentes cubanos que han obtenido beneficios migratorios en EEUU es extensa. En junio, EEUU negó la entrada a Liván Fuentes Álvarez, expresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de la Isla de la Juventud.
Su antecesora en el cargo, Arelys Casañola Quintana, se instaló en Kentucky tras pedir asilo el 20 de abril de 2024 en la frontera sur mediante la aplicación CBPOne, en la que alegó “miedo al socialismo”, según conoció Martí Noticias.
También las dos sobrinas del primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, llegaron a Estados Unidos, una a través de la frontera, donde pidió asilo, y otra mediante el programa de parole humanitario.
Este año también llegó a Florida la jueza villaclareña Melody González Pedraza tras obtener un permiso de viaje gracias al programa parole humanitario. En la terminal aérea recibió una negativa de entrada debido a su historial en Cuba, pero la jurista pidió asilo político y actualmente se encuentra detenida a la espera de una sentencia judicial.
Cuba vive una profunda crisis económica y un incremento de la represión política, con más de 1.000 presos de conciencia, lo que ha empujado a la población a una emigración masiva.
Según datos de la Patrulla Fronteriza de EEUU, más de 700.000 cubanos han llegado a la frontera sur en los últimos cuatro años. Estudios independientes sugieren que al menos el 18% de la población cubana se ha marchado desde el fin de la pandemia de coronavirus.