Este artículo de opinión lo publicamos por cortesía de su autor, Oleksandr Pronkevych, decano de la Facultad de Filología en la Universidad Petr Mogilo del Mar Negro, en la ciudad de Mykolaiv y presidente de la Asociación de Hispanistas de Ucrania. La columna del profesor Pronkevych fue publicada originalmente en el diario La Voz de Galicia.
El festival de cine en sótanos «La pausa táctica» se celebrará entre el 27 y el 31 de julio en la ciudad de Mykolaiv. Su programa incluye la selección de las películas ucranianas producidas durante los últimos diez años.
Uno pensaría qué tiene de especial este evento. En el mundo se celebran miles de festivales de cine. Sin embargo, no es un acto cultural como otros porque el proyecto será realizado en una ciudad que está ahora mismo sufriendo los ataques aéreo más crueles en la guerra de Ucrania. Según los datos estadísticos, Mykolaiv ocupa el tercer lugar en el listado de las ciudades más bombardeas en todo el país.
Mykolaiv ocupa el tercer lugar en el listado de las ciudades más bombardeas
Andriy Lojmatov, el periodista y el fundador del festival de cine «El proyector cívico» que servía de la tarjeta de presentación de la cuidad en la época de la paz, escribe en su página de Facebook: «Mykolaiv, la ciudad que está cerca de la zona de combate, ofrece muy pocos entretenimientos: pasar unas horas en colas para conseguir agua dulce y correr desde su piso a un refugio. Sin embargo, recordamos cuando nosotros juntos celebrábamos festivales de cine, conciertos, dábamos paseos en barcos, escuchábamos a los músicos en la calle Soborna y disfrutábamos de la noche en el club náutico lleno de gente. Ahora, a pesar del peligro, es muy importante que mantengamos la vida cultural, aunque sea de forma minimalistas».
No es fácil celebrar festivales en una ciudad bombardeada a la que constantemente amenaza la invasión rusa. Se trata no solamente de las dificultades con las localidades para hacer proyecciones de películas: todos los sitios públicos están cerrados por razones de seguridad. Es peligroso divulgar la información sobre el evento mismo: el enemigo puede conseguir la hora y las coordenadas donde se reunirán los aficionados al cine y lanzará un misil o una bomba para matarlos. No se anuncian las direcciones de los sótanos porque habrá varias: cada vez una nueva para cada película.
No puedo ni comunicar nombres de los organizadores en la prensa, incluso española, porque algunos rusos educados saben leer el castellano. La única cosa que puedo decir que son hombres y mujeres valientes y muy inteligentes. Unos son miembros de nuestro club de cine, otros son profesores universitarios. Todos ellos se ocupan de la distribución de la ayuda humanitaria. Dos o tres almacenes suyos ya han sido destruidos recientemente por misiles.
Es imposible relajarse o descansar
El nombre del festival es simbólico. La vida de la ciudad de Mykolaiv está completamente sometida a las pausas entre los bombardeos. Cada madrugada empieza con ataques de misiles. Los ciudadanos caen de sus camas, empujados por grandes explosiones o los temblores provocados por las bombas.
Es imposible relajarse o descansar. De los grifos corre agua de color entre verde y azul. El terror aéreo permanente está agotando a la gente y acaba con su energía. La ciudad de Mykolaiv heroica e invencible necesita una pausa táctica, un soplo fresco de cultura, un breve ocio para recuperar su aliento y seguir luchando.