Bahía de Cochinos: recuerdo imborrable de los héroes de la libertad

Monumento Brigada 2506

Han pasado 56 años. Entonces nos latía con fuerza el pulso de la vida, la vibrante juventud, la doctrina de Martí, éramos lo que habíamos soñado ser, soldados de la libertad unidos en la hermandad del sacrificio. Latidos que vibran hoy en el recuerdo imborrable de los héroes y el orgullo del deber cumplido.

Bahía de Cochinos- Girón, es posiblemente la batalla librada en suelo patrio, cuyo nombre resulta más familiar en la memoria de los cubanos ya que en ella se decidió el destino de una Cuba libre y próspera o tiranizada y miserable.

Allí los cubanos, todos los cubanos, hicieron derroche de coraje, pero la traición de los políticos en Washington le dio la victoria a la tiranía. La premisa esencial de la derrota es que hubo políticos que dieron órdenes fatales que impactaron negativamente los planes militares. Decisiones incoherentes y cobardes que condenaron la batalla al desastre.

John F. Kennedy se reune con los brigadistas

Bahía de Cochinos tiene su origen en el contexto de la Guerra Fría y el peligro potencial de que la Unión Soviética instalara cohetes nucleares en la Cuba que aceleradamente se integraba al bloque comunista. El 17 de marzo de 1960, el presidente Eisenhower aprobó crear una fuerza de apoyo a la lucha clandestina formada por jóvenes exilados. Pero en el verano de 1960, la Casa Blanca resolvió dar un golpe decisivo con una brigada de combate, que habría de desembarcar en la bahía de Casilda-Trinidad, junto a las montañas del Escambray.

En noviembre de 1960, John Kennedy fue electo presidente de Estados Unidos. A los pocos días, Allen Dulles, director de la CIA, le informó sobre los detalles secretos del desembarco planeado para efectuarse por Trinidad. Especialmente se le explicó que el éxito dependía del control del espacio aéreo en la isla. El 4 de enero, la nueva administración recibió un informe del Pentágono que no dejaba lugar a la duda: “Se considera crucial que la Fuerza Aérea cubana, capaz de dar resistencia al desembarco, sea destruida o neutralizada antes de que las tropas lleguen a la playa’’.

El 30 de enero, el Pentágono y el presidente Kennedy aprobaron el desembarco, pero en pocas semanas altos funcionarios presentaron objeciones al plan de acción.

En esta coyuntura, el secretario de Estado Dean Rusk propuso eliminar el plan de Trinidad por estar en una zona altamente poblada. Cuatro semanas antes del desembarco, Bahía de Cochinos fue apresuradamente seleccionada como playa alterna. Grave error.

Finalmente, el 4 de abril de 1961, Kennedy autorizó que todos los efectivos militares que integraban la Brigada 2506 entraran en acción para liberar la patria. La fecha escogida fue el 17 de abril. Pocos días antes, los grupos de infiltración penetraron clandestinamente en suelo cubano para ayudar a la resistencia interna. Los pilotos, tripulaciones navales, personal de apoyo y los batallones comenzaron a desplazarse hacia sus objetivos. Fue un momento de enorme emoción. Sentimos el orgullo de ser los soldados de la libertad.

El 14 de abril, el presidente cometió otro gravísimo error al ordenar reducir a la mitad los aviones que participarían, al día siguiente, en el ataque inicial.

Decisión negativa porque limitó la efectividad del golpe militar y se perdió el factor sorpresa. A Castro le quedaron siete aviones que incluían dos reactores T-33 más veloces que las naves aéreas de la Brigada. Después vino la última y desastrosa decisión; la cancelación de todos los ataques aéreos a las bases de Castro, antes de iniciar el desembarco.

Es evidente que, durante la operación de Bahía de Cochinos, el presidente Kennedy exhibió una manifiesta ausencia de liderazgo. Su conducta errática fue factor esencial del desastre.

En la Brigada participaron hombres de todas las clases sociales de Cuba: estudiantes, obreros, profesionales, banqueros, maestros, periodistas, industriales y campesinos. Sus hijos respondieron presente al llamado de la patria. Así fue como en aquellos días de abril de 1961 se vio brillar la bandera de la estrella solitaria que fue estandarte de hermandad en el combate y sudario glorioso de los héroes de la Brigada 2506.

[Esta columna de Pedro Roig fue publicado originalmente en El Nuevo Herald el 17 de abril de 2017]