Parece como si el gobierno de La Habana pusiera la atención sanitaria de los cubanos en un segundo plano, dijo desde el extremo oriental de la isla un doctor que cuestiona la decisión del régimen de enviar al extranjero brigadas médicas que el país necesita ahora más que nunca.
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“Cuba siempre lo ha hecho de la misma manera: los especialistas de mayor calificación generalmente los ha mandado a cumplir misiones, colaboraciones”, le dijo desde Songo la Maya, en Santiago de Cuba, el doctor Roberto Serrano a la periodista de Radio Martí Ivette Pacheco.
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Cincuenta y dos médicos y enfermeros cubanos llegaron el sábado a lo que el diario español El País llama “el epicentro de la Covid-19 en Europa”, Lombardía, la región de Italia más afectada por la pandemia. En esa nación europea, el número de muertes por coronavirus ya sobrepasó los 6,000.
Los que suelen quedarse en la isla son los médicos de menos nivel; por ejemplo, los de reciente graduación, indica el Dr. Serrano. Así se limita la capacidad de respuesta del sistema nacional de salud a una pandemia como la del Covid-19.
“Uno de los renglones fundamentales de la entrada de divisas a Cuba es precisamente la salud pública; es un negocio, ciertamente”, dijo el Dr. Serrano, para quien resulta obvio que mientras más médicos haya a disposición de las autoridades sanitarias de la isla, la capacidad de respuesta a la pandemia será mayor.
Mientras algunos lo ven como un gesto humanitario, otros preferirían que la prioridad estuviera en la atención a los pacientes dentro de Cuba. “Me gustaría que estuvieran aquí en el consultorio”, le dijo a Pacheco una mujer desde Cuba. “A veces uno va al consultorio y el doctor o la doctora no están porque están haciendo otro trabajo”, comentó.
El licenciado en Bioquímica y profesor universitario de inmunología Oscar Casanella cree que el envío de brigadas médicas cubanas a otros países forma parte también de la campaña del régimen para agenciarse una imagen positiva en el mundo.
“No es de las cosas que yo mas critico ahora mismo, sobre todo porque no es alto el número de colaboradores” que el gobierno cubano tiene en el extranjero, declara Casanella.
Recientemente, dos brigadas médicas cubanas llegaron a Nicaragua y Venezuela para compartir “experiencias con especialistas nacionales en medio de la estrategia de prevención y contención de la pandemia global”, dijo el periódico Granma.
En efecto: las redes sociales muestran imágenes de los médicos cubanos llegando a Italia o a Venezuela con comentarios que elogian el "desinterés y la generosidad" de un país pequeño y, dicen muchos, "acosado". También aparecen explicaciones de cómo ese personal de salud es remunerado y la cantidad de dinero que recibe el gobierno cubano por su trabajo.
“Solidaridad con otros pueblos, combinada con desatención al propio”, escribe en Facebook el cineasta Juan Carlos Cremata, e ilustra su comentario con una foto en la cual los médicos cubanos en Italia portan una foto de Fidel Castro. “Fíjense como llevan la foto del virus, por delante, para identificarlo”, dice Cremata.
Las “misiones” médicas cubanas en más de 60 países involucran a 28,000 doctores, enfermeros y técnicos de salud, y los ingresos por ese concepto representan el mayor renglón económico para el país. De acuerdo con el grupo Cuban Prisoners Defenders, a los médicos cubanos les pagan un promedio de entre el 10 por ciento y el 25 por ciento del salario que los respectivos gobiernos abonan a La Habana por el servicio.