Tanto el Presidente Obama como el Vicepresidente Joe Biden se han reunido con disidentes que han viajado de Cuba a Estados Unidos.
Una encuesta reciente del Washington Post – ABC News muestra que el 52 porciento de los votantes inscritos creen que Obama no es “honesto (ni) tiene credibilidad”. Otras encuestas dicen que la popularidad del presidente está entre el 39 y el 42 porciento.
Los analistas de los principales medios de prensa en el país dicen que el índice de popularidad del presidente ha caído debido al desastroso lanzamiento de su programa de salud, conocido por muchos como Obamacare.
La popularidad del presidente al finalizar el primer año de su segundo mandato está más o menos igual a la popularidad del presidente George W. Bush en el mismo punto de su segundo mandato.
Sin embargo, Obamacare, no es el único problema que tiene el presidente Obama. Los medios de prensa dicen sus dificultades son muchas y van desde el escándalo de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad a ciudadanos americanos y líderes de otros países. También en el candelero el presidente tiene que lidiar con la guerra civil en Siria, los deseos de Irán en ser una potencia nuclear, el cierre prometido de la prisión en Guantánamo y sus deseos en pasar una reforma migratoria.
Sus seguidores dicen que la culpa la tienen los republicanos en el Congreso que hasta rehúsan darle el pláceme a sus nombramientos judiciales. La realidad es que mucho de los problemas del presidente son su responsabilidad. Sólo hay que examinar lo que hace Obama con respecto a los inmigrantes indocumentados y su política con Cuba para darse cuenta que muchos de sus fallas son culpa de él mismo. Ambos temas deben favorecer al presidente. Sin embargo, cuando uno toma una lupa y los examina de cerca, la política de Obama deja mucho que desear.
Es cierto que Obama no puede forzar al Congreso a aprobar una ley de inmigración. Lo que sí podría hacer, sin embargo, es detener, o por lo menos demorar las deportaciones de aquellos que serían favorecidos por su propuesta migratoria.
Luis Gutiérrez, un congresista demócrata de Illinois dice que el presidente Obama “tiene la obligación” (moral) de detener las deportaciones. Pero la administración del Presidente Obama ha deportado más inmigrantes ilegales que ningún otro presidente. Son más de un millón quinientos mil los deportados desde que asumió el cargo y 150,000 desde que el Senado aprobara un proyecto de reforma migratoria en junio de este año.
En el 2012 funcionarios de la administración anunciaron que no deportarían más a los niños traídos a este país por sus padres. Pero siguen deportando a sus padres. No es posible que un niño de cinco años se quede en este país si sus padres han sido deportados.
Obama ha tenido una política innovadora con respecto a Cuba. El ha facilitado que los exiliados puedan ir a ver a sus familiares en la isla y ha aumentado considerablemente el monto de las remesas que pueden mandar a la isla. Este dinero es una de las mayores fuentes de divisas que tiene el gobierno de Cuba.
El presidente también cree que su programa de facilitar los viajes a Cuba va a acelerar los cambios en el gobierno de los hermanos Castro. Cree que algún día Cuba volverá a tener un gobierno democrático con elecciones pluripartidistas. Tanto el Presidente Obama como el Vicepresidente Joe Biden se han reunido con disidentes que han viajado de Cuba a Estados Unidos. Los dos han aplaudido la labor de estos disidentes y destacado la labor que ellos hacen a pesar de las golpizas de las turbas castristas.
A la misa vez, funcionarios del gobierno de Obama mandaron por línea abierta la información de cómo Estados Unidos ayuda a estos disidentes. Las personas que trabajan con las organizaciones no gubernamentales (NGO) no podían creer lo que el gobierno americano había hecho.
Se suponía que los programas de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) fuesen discreto. Alan Gross, uno de sus contratistas fue detenido en Cuba y sentenciado a 15 años de cárcel por haber tratado de llevarle teléfonos satelitales a la comunidad judía de la isla. Gross ya ha cumplido cuatro años en la cárcel.
Este es el tipo de errores que cometen aquellas personas que nunca han tenido responsabilidades administrativas en una compañía grande trabajado o en este caso la potencia mayor del mundo. Nadie debe cuestionar las intenciones del presidente. El problema es que Obama no sabe como convertir sus intenciones en realidad.
Guillermo I. Martínez reside en el sur de la Florida. Su dirección electrónica es: Guimar123@gmail.com
Los analistas de los principales medios de prensa en el país dicen que el índice de popularidad del presidente ha caído debido al desastroso lanzamiento de su programa de salud, conocido por muchos como Obamacare.
La popularidad del presidente al finalizar el primer año de su segundo mandato está más o menos igual a la popularidad del presidente George W. Bush en el mismo punto de su segundo mandato.
Sin embargo, Obamacare, no es el único problema que tiene el presidente Obama. Los medios de prensa dicen sus dificultades son muchas y van desde el escándalo de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad a ciudadanos americanos y líderes de otros países. También en el candelero el presidente tiene que lidiar con la guerra civil en Siria, los deseos de Irán en ser una potencia nuclear, el cierre prometido de la prisión en Guantánamo y sus deseos en pasar una reforma migratoria.
Sus seguidores dicen que la culpa la tienen los republicanos en el Congreso que hasta rehúsan darle el pláceme a sus nombramientos judiciales. La realidad es que mucho de los problemas del presidente son su responsabilidad. Sólo hay que examinar lo que hace Obama con respecto a los inmigrantes indocumentados y su política con Cuba para darse cuenta que muchos de sus fallas son culpa de él mismo. Ambos temas deben favorecer al presidente. Sin embargo, cuando uno toma una lupa y los examina de cerca, la política de Obama deja mucho que desear.
Es cierto que Obama no puede forzar al Congreso a aprobar una ley de inmigración. Lo que sí podría hacer, sin embargo, es detener, o por lo menos demorar las deportaciones de aquellos que serían favorecidos por su propuesta migratoria.
Luis Gutiérrez, un congresista demócrata de Illinois dice que el presidente Obama “tiene la obligación” (moral) de detener las deportaciones. Pero la administración del Presidente Obama ha deportado más inmigrantes ilegales que ningún otro presidente. Son más de un millón quinientos mil los deportados desde que asumió el cargo y 150,000 desde que el Senado aprobara un proyecto de reforma migratoria en junio de este año.
En el 2012 funcionarios de la administración anunciaron que no deportarían más a los niños traídos a este país por sus padres. Pero siguen deportando a sus padres. No es posible que un niño de cinco años se quede en este país si sus padres han sido deportados.
Obama ha tenido una política innovadora con respecto a Cuba. El ha facilitado que los exiliados puedan ir a ver a sus familiares en la isla y ha aumentado considerablemente el monto de las remesas que pueden mandar a la isla. Este dinero es una de las mayores fuentes de divisas que tiene el gobierno de Cuba.
El presidente también cree que su programa de facilitar los viajes a Cuba va a acelerar los cambios en el gobierno de los hermanos Castro. Cree que algún día Cuba volverá a tener un gobierno democrático con elecciones pluripartidistas. Tanto el Presidente Obama como el Vicepresidente Joe Biden se han reunido con disidentes que han viajado de Cuba a Estados Unidos. Los dos han aplaudido la labor de estos disidentes y destacado la labor que ellos hacen a pesar de las golpizas de las turbas castristas.
A la misa vez, funcionarios del gobierno de Obama mandaron por línea abierta la información de cómo Estados Unidos ayuda a estos disidentes. Las personas que trabajan con las organizaciones no gubernamentales (NGO) no podían creer lo que el gobierno americano había hecho.
Se suponía que los programas de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) fuesen discreto. Alan Gross, uno de sus contratistas fue detenido en Cuba y sentenciado a 15 años de cárcel por haber tratado de llevarle teléfonos satelitales a la comunidad judía de la isla. Gross ya ha cumplido cuatro años en la cárcel.
Este es el tipo de errores que cometen aquellas personas que nunca han tenido responsabilidades administrativas en una compañía grande trabajado o en este caso la potencia mayor del mundo. Nadie debe cuestionar las intenciones del presidente. El problema es que Obama no sabe como convertir sus intenciones en realidad.
Guillermo I. Martínez reside en el sur de la Florida. Su dirección electrónica es: Guimar123@gmail.com