Nuevas protestas para octubre y noviembre pondrán a prueba la Constitución

Una bandera cubana en las protestas por el fin de la dictadura. AP Photo/Wilfredo Lee

En el mes de septiembre de 2021 se registraron 312 protestas públicas en Cuba, 13 más que el mes anterior, confirmando una tendencia mensual de crecimiento que no ha variado pese al incremento del terror estatal tras el levantamiento nacional del 11 de julio, asegura el informe mensual del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).

De las 312 protestas, 141 (45 %) estuvieron relacionadas con demandas sociales y económicas; y 171 (55 %) con exigencias vinculadas a derechos políticos y civiles. También se registraron cinco acciones violentas contra tiendas en dólares y vehículos policiales, así como el incendio de un ranchón durante los apagones. Los cortes de electricidad provocaron 31 cacerolazos en 11 provincias.

El observatorio destaca que los cubanos perciben ahora que los graves problemas que padecen, como el colapso del sistema de salud, la inflación descontrolada y la inseguridad alimentaria y energética, no son atribuibles a enemigos externos sino a políticas deliberadas de la élite de poder militar.

Según el OCC, la línea ascendente de las protestas denota cómo el régimen continúa perdiendo capital simbólico (credibilidad, prestigio, influencia) tanto entre la población como más allá de las fronteras cubanas.

"Aprobar en 30 días decretos con reformas parciales y proclamar a la carrera que se dará prioridad a la atención a barrios marginales abandonados por más de 60 años solo ha reafirmado la conciencia de que la élite de poder únicamente hace concesiones bajo una presión pública efectiva como la del 11 de julio", dice el informe.

Por otra parte, asegura el reporte que "la represión y el terror no consiguieron neutralizar a esta nueva generación de ciudadanos disidentes, y nuevos desafíos populares se convocan para los meses de octubre y noviembre, esta vez poniendo a prueba derechos plasmados en la Constitución vigente desde 2019".

El Observatorio Cubano de Conflictos indica que después del 11 de julio "ha quedado claro que la solución no es desgastarse intentando impulsar una reforma parcial del socialismo existente, sino transformar a Cuba de raíz para que la nación sea independiente, soberana, libre, democrática, moderna, y próspera en una sociedad abierta, lo cual define el futuro que hoy desea alcanzar la población de la isla".