Berta Soler, líder del movimiento Damas de Blanco, y su esposo, el opositor y expreso político Ángel Moya Acosta, fueron violentamente detenidos este domingo al salir de la sede nacional de la organización femenina, en Lawton, La Habana.
Soler dijo a Radio Martí que solo les dio tiempo a manifestarse por unos minutos cuando hacia ellos se abalanzó un grupo de hombres y mujeres vestidos de civil.
"En unos cinco metros, seis metros, hay alrededor de diez hombres; nos percatamos que eran de las Brigadas de Respuesta Rápida cuando íbamos bajando por la acera con las consignas "Libertad para los presos políticos", "Viva Cuba libre", cuando ya teníamos a esos siete o diez matones para arriba de nosotros y, del otro lado, salió otro grupo más", dijo Soler.
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"No fui golpeada, pero si empujada y separada de Moya", precisó Berta Soler. "Me agarran y uno de los tipos quiere acercarse para darme, pero parece que la orden era detenerme a mí, aislarme y poder atacar a Ángel Moya. Con tal fuerza me halan, que me dejan con dolor en la cervical", indicó la líder de las Damas de Blanco.
Según Soler, su esposo respondió a los agresores, quienes con una piedra golpearon una de sus piernas.
"Diez o quince personas sobre Ángel Moya; entonces, al primero que Moya, para defenderse, le tira un galletazo, coge una piedra; él se esquiva y lo coge en el muslo, cerca de los testículos y entonces ya lo inmovilizan, y estos sí son agentes de la Seguridad del Estado por la forma de operar", explicó.
Producto de la pedrada, a Moya le quedaron "moretones en ambos muslos y tiene una 'bola' en el muslo izquierdo", describió Soler.
La opositora señaló, además, que ambos fueron conducidos a diferentes unidades policiales, en el caso de Moya, a la de Cojímar y ella a la unidad del Cotorro. Moya fue multado con 150 pesos por violar el dispositivo policial y Soler con 2,000 mil pesos moneda nacional. La Dama de Blanco precisó que no preguntó la razón de la multa, ya que no va a pagar el monto.
Los opositores fueron liberados cerca de las 8 de la noche del domingo: "Se lo dijimos a ellos: No vamos a dejar de salir de la sede, porque la casa no es calabozo, ni vamos a correr: tenemos derecho a defendernos".