A dieciséis años del fusilamiento de su hijo, la señora Ramona Copello recuerda el engaño a que la sometieron. Lorenzo Enrique Copello fue condenado a muerte por fusilamiento junto a Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac el 11 de abril de 2003 por el secuestro de la lancha "Baraguá", conocida popularmente en Cuba como la Lanchita de Regla.
Este jueves en el programa Hoy en Cuba de Radio Martí la señora Ramona Copello recordó cómo recibió la noticia de parte de un coronel del Ministerio del Interior.
“'Señora, no se preocupe, que la sentencia de muerte no está firmada'. Eso fue el jueves, a las cinco de la tarde, y el viernes a las cinco de la mañana, me estaban tocando la puerta para darme la noticia que fuera a las diez de la mañana al cementerio, que ya mi hijo estaba enterrado”, dijo la mujer, hoy residente en Jacksonville, estado de Florida en Estados Unidos.
La embarcación hacía el trayecto entre La Habana y el pueblo de Regla el 3 de abril. Los principales acusados – Copello, Sevilla y Martínez- conminaron a los pasajeros a seguirlos, sin usar la violencia. Querían llegar a los Estados Unidos.
Los jóvenes pudieron alejarse en el litoral a 30 millas, pero se quedaron sin combustible. Una de las pasajeras se lanzó al agua y las fuerzas especiales tomaron control de la situación.
Sin derecho a nada
El 8 de abril los condenaron a pena capital por fusilamiento, acusados de ser “los tres principales, más activos y brutales jefes de los secuestradores”. Apenas pasaron 9 días desde el arresto hasta el fusilamiento.
“No tuve derecho ni a ver el cadáver, nada, nada”, concluyó la señora Copello.
Para cuatro de los otros implicados el tribunal pidió Cadena perpetua: Maikel Delgado Aramburo, Harold Alcalá Aramburo, Yoanny Thomas González y Ramón Henry Grillo.
Las otras penas de cárcel oscilan entre los treinta y los dos años de prisión. Wilmer Ledea Pérez (30), Ana Rosa Ledea Ríos (5), Yolanda Pozo Rizo (3) y Dania Rojas Góngora (2).
Derrumbada al recordar los sucesos, Yanisleidis Copello Rodríguez, hoy con 27 años de edad evoca desde La Habana el fatal desenlace. “Mi mamá se me enfermó de los nervios, desde que fusilaron a mi papá, tan joven, con treinta y un años”.
Yanisleidis Copello dijo a Radio Martí que luego de la ejecución hubo mucho rechazo, pues muchos repetían que lo que había dicho la prensa oficial.
“[…] de los vecinos no tanto, porque lo vecinos sabían también que lo que se había hecho era una injusticia, que mi papá no era de matar a nadie, porque ahí no sucedió nada de eso”, expresó.
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Para la activista pro derechos humanos Julia Estrella Aramburo, no fue ninguna sorpresa.
“Yo pensé que a todos los iban a fusilar, todo fue muy rápido”, rememora Julia Estrella, madre de Harold Alcalá Aramburo y tía de Maykel Delgado Aramburo.
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Julia evaluó también las irregularidades del proceso y el carácter sumarísimo que el régimen le otorgó. Relató a Radio Martí que como las detenciones habían ocurrido el viernes, se presentó dos días después a la sede de un tribunal habanero. “Estando yo el lunes para poner un abogado, ahí me entero que todos los abogados tenían que dejar lo que estaban haciendo [y ponerse en función del juicio] y una de las abogadas me dijo: ‘no llores, no te pongas a así, que a lo mejor a todos no los fusilan”.
Pero la suerte estaba echada. El régimen no escuchó los pedidos de clemencia.
Un contexto difícil
Una coalición internacional ocupó militarmente Irak en marzo de ese año. El régimen cubano acababa de condenar con altas penas de cárcel a 75 disidentes en lo que se conoció como la Primavera Negra de Cuba. Aun así voces del mundo democrático se alzaron en contra de los fusilamientos.
El nobel de Literatura José Saramago encabezó la lista de los que repudiaron las ejecuciones sumarias ordenadas por el dictador Fidel Castro, pero 27 intelectuales cubanos firmaron el “Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos”, intentando persuadir a quienes acusaron a la dictadura cubana.
Los músicos Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Marta Valdés y Chucho Valdés; los escritores Nancy Morejón, Senel Paz, Miguel Barnet y Roberto Fernández Retamar, así como la Directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, firmaron el documento.
“Nuestro pequeño país está hoy más amenazado que nunca antes por la superpotencia que pretende imponer una dictadura fascista a escala planetaria. Para defenderse, Cuba se ha visto obligada a tomar medidas enérgicas que naturalmente no deseaba. No se le debe juzgar por esas medidas arrancándolas de su contexto”.
Listado completo de los intelectuales firmantes:
Alicia Alonso
Miguel Barnet
Leo Brouwer
Octavio Cortázar
Abelardo Estorino
Roberto Fabelo
Pablo Armando Fernández
Roberto Fernández Retamar
Julio García Espinosa
Fina García Marruz
Harold Gramatges
Alfredo Guevara
Eusebio Leal
José Loyola
Carlos Martí
Nancy Morejón
Senel Paz
Amaury Pérez
Graziella Pogolotti
César Portillo de la Luz
Omara Portuondo
Raquel Revuelta
Silvio Rodríguez
Humberto Solás
Marta Valdés
Chucho Valdés
Cintio Vitier
[Redactado por Luis Felipe a partir de entrevistas realizadas por Yolanda Huerga y Tomás Cardoso, de Radio Martí; prensa oficial y redes sociales]