La presa política Aymara Nieto Muñoz se encuentra de pase reglamentario en su hogar en La Habana junto a su familia, después de pasar cinco años en prisión sin este beneficio.
Según dijo Nieto Muñoz a Martí Noticias, no podía creer lo que estaba viviendo cuando su esposo, el opositor Ismael Boris Reñí, la fue a buscar a la prisión del Guatao, en la capital cubana.
“Ya al llegar aquí, a la casa, que abracé a mi mamá, a mi suegra, a mis hijas, que me estaban esperando, vaya, eso fue muy emocionante, muy emocionante; una cosa que la estás viviendo y no la crees. No te puedo explicar tanta felicidad”, exclamó.
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Nieto Muñoz, quien integra el movimiento Damas de Blanco y la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue condenada en el año 2018 a cuatro años de prisión por los delitos de “atentado” y “daños a la propiedad”, sentencia que extinguió en mayo de 2022, mientras permanecía encarcelada en la provincia Las Tunas, a donde fue traslada en 2020. La activista fue acusada entonces de liderar un motín en la cárcel de mujeres del Guatao, en La Habana, hecho que niega, y por el que fue condenada por segunda vez a cinco años y cuatro meses de cárcel.
En noviembre de 2022, Nieto fue trasladada de Las Tunas a la prisión del Guatao, en La Habana. En agosto de 2023, pasa a cumplir su sanción en un régimen de menor severidad en un campamento próximo a esa cárcel de mujeres.
Sobre los desafíos que ha enfrentado en prisión por razones políticas, Aymara Nieto expresó: “Ser la única persona que piensa como yo pienso, y está en esa situación, es difícil. Los presos políticos pasan mucho porque, entre tanta gente, tú eres la única, y no puedes confiar en nadie. Lo que más ha afectado en mí es la separación de la familia y la familia pasando por cosas; que tú no puedas resolver nada, no está en tus manos porque, ante todo, somos madres”, señaló Nieto Muñoz.
La activista, de 46 años, ha enfrentado en prisión acoso y suspensión de llamadas telefónicas para impedir que denuncie las violaciones cometidas por las autoridades penitenciarias, por lo que también ha sido llevada a celda de castigo en varias ocasiones.
“He visto, a lo largo de todas estas prisiones a las que me han sometido ellos, muchas injusticias, y he sufrido y he llorado junto a todas esas injusticias, y no me arrepiento de nada, continúo con la misma fortaleza de siempre, y aún más”, concluyó la Dama de Blanco.