El 27 de noviembre de 2020, unos 400 intelectuales y artistas cubanos acudieron al Ministerio de Cultura (MINCULT) en La Habana para exigir a las autoridades el respeto a la libertad de expresión y el cese de la censura en la isla.
Cuatro años después, cubanos consultados por Martí Noticias consideran que ese día marcó un antes y un después en la historia del disenso en la isla.
"La importancia mayor que tiene no es el resultado en sí mismo, sino el significado simbólico. Es la primera vez que hay un plantón frente al Ministerio de Cultura, de gente que se sentó y dijo, no me voy, y gente que siguió llegando; artistas consumados, escritores, intelectuales, otros que ni siquiera eran del gremio, pero decidieron estar ahí y apoyar”, indicó la historiadora cubana Alina Bárbara López Hernández.
“Esa sentada histórica marca un antes y un después. Del 2020 en adelante, el disenso en Cuba ha seguido en ascenso porque es muy fácil comunicar, articular, hacer una campaña, visibilizar a través de las redes, a través de todos los medios que ya están al acceso de las personas”, señaló.
Lo que comenzó como un gesto de solidaridad con los huelguistas del Movimiento San Isidro (MSI), cuya sede había sido desalojada por la policía, la noche anterior, evolucionó hacia una demanda de cambios en la política cultural del Estado.
Tras varias horas de concentración frente a la sede cultural una treintena de artistas, en representación de los que estaban allí, se reunieron con Fernando Rojas, viceministro de Cultura, y otros funcionarios, para exponer sus reclamos.
Lee también Artistas denuncian difamación y acoso policial tras reunión con viceministro y piden respaldo de todos los cubanosEn la reunión se alcanzaron acuerdos, como el de un próximo encuentro con el Ministro de Cultura. Días más tarde, el titular Alpidio Alonso lo suspendió y en un comunicado aseguró que no se reuniría con personas que recibieran financiamiento y respaldo propagandístico del Gobierno de Estados Unidos.
El régimen convocó a estudiantes y trabajadores a realizar actos de repudio contra los miembros del 27N, quienes fueron calificados como mercenarios al servicio de “agendas anticubanas” en los medios de comunicación estatales.
Para López Hernández, el momento en que ocurrió el 27N, es muy significativo ya que concurren el acceso por datos móviles a la internet en Cuba, en 2018, y la aprobación de la nueva Carta Magna en 2019, pero “era evidente, ya en el 2020, que las promesas hechas en la Constitución respecto a los derechos ciudadanos no se iban a cumplir”.
La esfera de la Cultura “tiene que ver con la producción y reproducción de ideología, por eso tener el control sobre el Ministerio de Cultura y sus instituciones es básico para el Estado, porque son sus mecanismos de transmisión para producir y reproducir una ideología doctrinal, una ideología de Estado, y eso se quebró el 27N. No ha vuelto a recuperarse, no creo que se recupere más. A partir de ese momento, prácticamente la institución cultural ha estado a la defensiva, nunca más ha estado a la ofensiva”, recalcó.
Casi al mismo tiempo de la congregación frente al Ministerio de Cultura, otro grupo de intelectuales cubanos decidió expresar a través de una declaración, su apoyo a esta coyuntura que se abría.
Surge “Articulación Plebeya”, que tuvo una vida efímera, pero que pretendía “ofrecer espacios y mecanismos de diálogo cívico. Y también se frustró porque el control del Estado quiso ser total. Ya nunca más ha podido ser total, pero ha dañado mucho la posibilidad de que los intelectuales ejerzan un disenso”, apuntó López Hernández.
Lee también Cuba rompe promesa de diálogo con artistas y les llama mercenarios“De hecho, mucha gente que estuvo sentada allí (en el 27N), ya no está en Cuba porque hubo presiones muy fuertes sobre ellos, que los hicieron salir del país, pero indudablemente fue un hecho muy importante. Yo creo que eso es un antes y un después en la historia reciente del disenso en Cuba”, puntualizó.
El creador audiovisual Julio Llópiz Casals, uno de los manifestantes del 27N, condideró por su parte que la fecha sigue significando mucho para él. "Fue un día en que la sociedad civil en general y la comunidad de artistas demostramos que se puede avanzar mejor cuando organizamos, proyectamos y coordinamos las cosas en función de lo que tenemos en común y no de lo que tenemos en contra”.
“Fue el momento de la pérdida de la inocencia, de la peor manera. Nos tratamos de comportar como personas honestas, legales, cumplimos nuestra palabra, pero el régimen, una vez más, se comportó de manera desleal e incumplió sus promesas”, dijo.
El artista recordó que el aniversario del 27N es también para recordar a personas como Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Osorbo, "artistas que, aunque no estuvieron presentes ese día, tienen que ver indiscutiblemente con la médula fundamental de lo que ocurrió. Hoy por hoy están pagando el precio más caro: los dos están en la cárcel, condenados de manera injusta”, resaltó Llópiz.