En la zona de Altamira se registraron nuevos choques entre las fuerzas del orden y grupos de manifestantes radicales, que lanzaron piedras y bombas incendiarias.
Médicos y estudiantes opositores protestaron este lunes en Caracas por la falta de insumos en los hospitales, mientras profesionales chavistas marcharon en apoyo al sistema público de salud, en el marco de las manifestaciones que sacuden hace un mes al país petrolero.
Los opositores tuvieron algunos forcejeos con la policía antimotines, que con una fuerte barrera impidió que avanzaran hacia la sede de la vicepresidencia -en el centro, zona chavista- para entregar un documento de peticiones, constató una periodista de la AFP.
Los manifestantes se quedaron concentrados en la céntrica Plaza Venezuela -por donde un rato antes pasó sin problemas la marcha chavista-, hasta que la viceministra de Hospitales, Juana Contreras, los recibió y se comprometió a escuchar el miércoles sus demandas durante un diálogo nacional.
Usando sus batas blancas, los médicos portaban pancartas como "no sólo las balas matan, la falta de medicinas también" y "no hay analgésicos, gasas, suturas, guantes, yodo, suero (...) las instituciones están deterioradas, faltan equipos médicos y personal capacitado".
Marchas similares se registraron en los estados de Zulia, Carabobo, Táchira, Monagas y Nueva Esparta, sin que se reportaran incidentes.
Según el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León, 95% de los hospitales del país tienen sólo 5% de insumos para atender a los pacientes. "El Gobierno no se ha ocupado de dotarlos ni mucho menos de cumplir con la Constitución", declaró a la AFP durante la manifestación.
"Lo que importa es resolver los problemas de los venezolanos y la crisis de salud que estamos atravesando, queremos marchar pero también queremos paz", expresó Geovanny Provenza, médico de un hospital público, al tratar de contener a algunos de sus compañeros que insistían en llegar a la vicepresidencia.
Preocupada por su futuro como estudiante de medicina de segundo año, Katherine Acosta, de 20 años, relató que "los hospitales se están deteriorando, no se encuentra los materiales y tenemos que decirle a los pacientes que compren sus insumos".
"Qué puede ser más pacífico que unos médicos con sus batas blancas y sus manos levantadas. Cuando el pueblo no es escuchado no queda más que la calle", defendió la diputada opositora María Corina Machado, una de las promotoras de las protestas callejeras contra el Gobierno.
Sin dar detalles, Machado anunció que para el miércoles están previstas movilizaciones para recordar a los caídos en las manifestaciones del 12 de febrero en Caracas, cuando murieron las primeras tres de las 20 víctimas mortales que han dejado las protestas.
Desde inicios de febrero una ola de protestas contra el Gobierno sacude al país ante la inflación de 56,3% anual -una de las más altas de Latinoamérica-, la escasez de productos básicos y la violencia criminal que afecta a diario a los venezolanos.
Al menos 20 muertos, 300 heridos y decenas de denuncias de violación a los Derechos Humanos han dejado las protestas desde que iniciaron el 4 de febrero en San Cristóbal (suroeste) y se ampliaron hacia otras cuatro ciudades, incluida Caracas.
Pasando a pocas cuadras de la concentración opositora, cientos de trabajadores de la salud chavistas marcharon hacia el Palacio de Miraflores, donde fueron recibidos por el presidente Nicolás Maduro, en un acto en el que graduó a 2.500 jóvenes formados en medicina integral gracias a una alianza con Cuba.
Maduro criticó que la "derecha amargada" diga que en Venezuela "no hay salud para el pueblo", aunque reconoció que "hay problemas" en el sistema y anunció recursos por 249 millones de dólares para reparar 24 hospitales y construir centros de atención básica de salud.
Maduro aseguró haber "derrotado" y "neutralizado" el intento de golpe de Estado que hay detrás de las protestas. "Aunque siguen por ahí con algunas candelitas", agregó en alusión a las protestas que casi a diario derivan en enfrentamientos con las fuerza pública en la plaza Altamira (este de Caracas).
Este lunes, la Guardia Nacional detuvo a once manifestantes radicales -entre 25 y 30 años- en el estacionamiento de la plaza Altamira, donde almacenaban bebidas, ropa, cascos y medicinas para contrarrestar los efectos de los gases lacrimógenos que les lanzan las autoridades durante las protestas.
La noche de este lunes, en la zona de Altamira se registraron nuevos choques entre las fuerzas del orden y grupos de manifestantes radicales, que lanzaron piedras y bombas incendiarias antes de ser dispersados con gases lacrimógenos y disparos de perdigón, sin reportarse heridos ni detenidos.
Los opositores tuvieron algunos forcejeos con la policía antimotines, que con una fuerte barrera impidió que avanzaran hacia la sede de la vicepresidencia -en el centro, zona chavista- para entregar un documento de peticiones, constató una periodista de la AFP.
Los manifestantes se quedaron concentrados en la céntrica Plaza Venezuela -por donde un rato antes pasó sin problemas la marcha chavista-, hasta que la viceministra de Hospitales, Juana Contreras, los recibió y se comprometió a escuchar el miércoles sus demandas durante un diálogo nacional.
Usando sus batas blancas, los médicos portaban pancartas como "no sólo las balas matan, la falta de medicinas también" y "no hay analgésicos, gasas, suturas, guantes, yodo, suero (...) las instituciones están deterioradas, faltan equipos médicos y personal capacitado".
Marchas similares se registraron en los estados de Zulia, Carabobo, Táchira, Monagas y Nueva Esparta, sin que se reportaran incidentes.
Según el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León, 95% de los hospitales del país tienen sólo 5% de insumos para atender a los pacientes. "El Gobierno no se ha ocupado de dotarlos ni mucho menos de cumplir con la Constitución", declaró a la AFP durante la manifestación.
"Lo que importa es resolver los problemas de los venezolanos y la crisis de salud que estamos atravesando, queremos marchar pero también queremos paz", expresó Geovanny Provenza, médico de un hospital público, al tratar de contener a algunos de sus compañeros que insistían en llegar a la vicepresidencia.
Preocupada por su futuro como estudiante de medicina de segundo año, Katherine Acosta, de 20 años, relató que "los hospitales se están deteriorando, no se encuentra los materiales y tenemos que decirle a los pacientes que compren sus insumos".
"Qué puede ser más pacífico que unos médicos con sus batas blancas y sus manos levantadas. Cuando el pueblo no es escuchado no queda más que la calle", defendió la diputada opositora María Corina Machado, una de las promotoras de las protestas callejeras contra el Gobierno.
Sin dar detalles, Machado anunció que para el miércoles están previstas movilizaciones para recordar a los caídos en las manifestaciones del 12 de febrero en Caracas, cuando murieron las primeras tres de las 20 víctimas mortales que han dejado las protestas.
Desde inicios de febrero una ola de protestas contra el Gobierno sacude al país ante la inflación de 56,3% anual -una de las más altas de Latinoamérica-, la escasez de productos básicos y la violencia criminal que afecta a diario a los venezolanos.
Al menos 20 muertos, 300 heridos y decenas de denuncias de violación a los Derechos Humanos han dejado las protestas desde que iniciaron el 4 de febrero en San Cristóbal (suroeste) y se ampliaron hacia otras cuatro ciudades, incluida Caracas.
Maduro criticó que la "derecha amargada" diga que en Venezuela "no hay salud para el pueblo", aunque reconoció que "hay problemas" en el sistema y anunció recursos por 249 millones de dólares para reparar 24 hospitales y construir centros de atención básica de salud.
Maduro aseguró haber "derrotado" y "neutralizado" el intento de golpe de Estado que hay detrás de las protestas. "Aunque siguen por ahí con algunas candelitas", agregó en alusión a las protestas que casi a diario derivan en enfrentamientos con las fuerza pública en la plaza Altamira (este de Caracas).
Este lunes, la Guardia Nacional detuvo a once manifestantes radicales -entre 25 y 30 años- en el estacionamiento de la plaza Altamira, donde almacenaban bebidas, ropa, cascos y medicinas para contrarrestar los efectos de los gases lacrimógenos que les lanzan las autoridades durante las protestas.
La noche de este lunes, en la zona de Altamira se registraron nuevos choques entre las fuerzas del orden y grupos de manifestantes radicales, que lanzaron piedras y bombas incendiarias antes de ser dispersados con gases lacrimógenos y disparos de perdigón, sin reportarse heridos ni detenidos.