La cantidad de protestas públicas en Cuba en este mes de octubre supera las ocurridas durante julio de 2021 cuando se produjo el estallido social conocido como el 11J, según el más reciente informe del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).
“Se produjeron 589, obviamente, no todas esas protestas son protestas callejeras. Sin embargo, también este mes hubo más protestas callejeras que nunca desde el 11 de julio (en el que se registraron 584 manifestaciones en todo el país). Hubo 71 protestas callejeras, lo cual es realmente extraordinario si tenemos en cuenta la entrada en vigor del nuevo Código Penal, las amenazas de los fiscales, el despliegue de fuerzas de Respuesta Rápida con mandarrias para darle golpes a las personas que están protestando”, dijo en conversación con Radio Televisión Martí, Juan Antonio Blanco, director de la entidad con sede en Miami.
“El informe nuestro integra todo lo que es una expresión pública de protesta: una protesta digital en que la persona da la cara, en que se identifica y hace una demanda en relación a un tema determinado, entra dentro de nuestra contabilidad por una razón muy simple, a los efectos del Código Penal esto está penado, a esas personas las pueden castigar con cárcel por expresar una opinión en las redes sociales”, agregó.
De las 589 protestas, 263 estuvieron relacionadas con derechos políticos y civiles mientras que 326 fueron originadas por demandas de derechos económicos y sociales.
En “las protestas callejeras, las protestas masivas que hemos estado viendo, sobre todo desde que colapsó el sistema energético, se sigue manifestando la tendencia a demandar libertad conjuntamente con las otras demandas sociales y económicas como que se restablezca el sistema eléctrico”, señaló Blanco.
El estudio del OCC alerta que las autoridades cubanas continúan ejerciendo la coartación de los derechos de la ciudadanía y recurrieron, reiteradamente, a bloqueos del servicio de internet en las localidades donde se reportaban las demostraciones para evitar una reacción en cadena nacional, como la del 11 de julio.
“Su única respuesta a las crecientes demandas de la población continúa siendo la represión y procesos judiciales contra los manifestantes que consigue identificar, no, aprestarse a dar un vuelco a la crítica realidad que origina estas protestas”.
En su análisis mensual de la gobernabilidad en la Isla, el Observatorio Cubano de Conflictos estima que alcanzó su punto más bajo desde la rebelión nacional del verano del 2021, pues “el inmovilismo de la oligarquía y su violenta escalada represiva bloquean las salidas de la crisis y hacen que la sociedad camine al borde de una navaja”.
En este sentido, el directivo del Observatorio apuntó que el derrumbe del sistema de educación, de salud, el energético y la producción de alimentos indica que “el régimen ha colapsado. Ya se cayó y no hay manera de restablecerlo. No tienen los recursos, no tienen los mecenas exteriores para reponerlo”.
“No ha caído el gobierno porque se apoya en las bayonetas del Ministerio del Interior [MININT] sobre todo, pero lo que es el sistema que vienen administrando, ese sí ha colapsado”.
“Entonces se abre un período, yo diría que, de uno o dos años a corto plazo, en que, o eso colapsa revolucionariamente, porque hay fuerzas democráticas de la sociedad que se imponen al gobierno y a la oligarquía o la propia oligarquía organiza la metamorfosis del sistema y lo transforma de un sistema mafioso totalitario, como es ahora, a un sistema mafioso, con un mercado corrompido y controlado por ellos”, concluyó Juan Antonio Blanco.