Cuba se mantuvo en la segunda posición entre los países con más solicitudes de refugio en México registradas hasta el cierre de agosto último, indican cifras publicadas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
En los primeros 8 meses de este año, un total de 11.052 ciudadanos de la isla realizaron ese trámite, unos 1,138 más que los contabilizados al cierre de julio. Las solicitudes se incrementaron en 5,475, para un total de 52,395.
Honduras continúa liderando la lista de países, con 21,529 solicitudes de migrantes procedentes de más de 10 países. Detrás de Cuba aparecen Haití, con 4,916; El Salvador, con 4,185; Venezuela, con 3,055, y Guatemala, con 2.928.
En 2023, la COMAR recibió unas 18,386 solicitudes de migrantes de la isla. Cuba fue la tercera nación con mayor número, superada por Haití y Honduras. Ese año, el total fue de 140 mil solicitudes de migrantes procedentes de más de veinte países.
Alrededor de 200 mil cubanos han llegado a Estados Unidos, principalmente a través de la frontera con México, en lo que va de año fiscal, que comenzó el 1 de octubre de 2023.
La frontera con México es la principal vía de ingreso de cubanos a Estados Unidos. Migrantes de decenas de países se aglomeran en las cuidades fronterizas del país azteca para intentar cruzar a territorio estadounidense. En una medida de alivio, desde el 23 de agosto pasado, los ciudadanos que no son mexicanos pueden programar citas en la aplicación CBP One desde los estados sureños de Chiapas y Tabasco, además de las zonas del norte y el centro de México, donde lo hacían habitualmente.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), solo en julio pasado ingresaron un total de 15,645 cubanos por esa ruta, una ligera disminución respecto al mes anterior, cuando arribaron a EEUU 17,561 migrantes de la isla.
En junio de este año, el presidente Joe Biden anunció una medida que restringe el derecho a solicitar asilo cuando las detenciones por cruces ilegales superan las 2,500 al día. A partir de entonces, los migrantes irregulares que no demuestren un temor creíble en la frontera pueden enfrentar la deportación inmediata y ser, incluso, acusados de cargos penales.