La economía cubana ha estado marcada en el primer semestre del año por un "complejo escenario" que ha impactado en los ingresos del país, con dificultades en la liquidez financiera por la caída de los precios internacionales del níquel y el petróleo, según dijo el lunes el ministro de Economía, Marino Murillo.
Murillo hizo estas consideraciones al intervenir ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional, una de las diez que se reúnen desde ayer como trabajo previo al pleno que la cámara única celebrará el día 8.
El también vicepresidente del Consejo de Ministros dijo que es necesario potenciar el ahorro de los gastos líquidos al "máximo de las posibilidades" y llamó al "uso estricto y más eficiente" de los portadores energéticos.
Medios internacionales han informado de un plan de austeridad energética que incluiría rebajas de hasta 50 % en los combustibles y la electricidad para las entidades estatales cubanas, en prevención de un mayor deterioro de los suministros de petróleo desde Venezuela.
Pese a las circunstancias, Murillo afirmó que el país continuará respaldando los servicios "vitales" a la población, así como también el equilibrio monetario interno, los programas inversionistas de los sectores estratégicos y los esquemas con capacidad exportadora.
Aseguró que las rebajas de precios introducidas para fortalecer la capacidad de compra del peso cubano han resultado en mayores ventas de productos como arroz, pollo chícharos y aceite.
En la segunda reunión del Parlamento en 2015, en diciembre pasado, las autoridades avizoraron un recorte de las previsiones de crecimiento económico de la isla en 2016 calculado en un 2 por ciento, comparado con un 4 % de crecimiento el año pasado, como consecuencia de un contexto mundial marcado por la caída de los precios de materias primas que exporta Cuba.