Las mujeres democristianas de Cuba enviaron, este martes, una carta a Miguel Díaz Canel, en la que piden al gobernante que sea consecuente con sus afirmaciones sobre la relación con los emigrados cubanos, basadas en el derecho que tienen a regresar a su Patria como cualquier nacional volvería a su país.
En su mensaje, las integrantes femeninas del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, se refieren al discurso de Díaz Canel en la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el que exhortó a “no ser parte de la politización de la emigración cubana, con la que trafica el enemigo”.
“El señor Díaz Canel, en su reciente visita a la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, hizo referencia a un discurso que dio en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la que defendió la relación con los emigrados cubanos, dejando claro que admiraban sus triunfos y que su Patria los respetaba y que defendía la idea de que volvieran al suelo que los vio nacer y los formó con amor y desde luego, el amor es un valor que permite superar todas las barreras y las diferencias”, indicó Elena Larrinaga, exiliada en España.
Pero más adelante, en su alocución, el mandatario aclaró que no habla de los que “han vendido el alma al diablo, lucrando con el dolor del pueblo cubano en patéticos shows macartistas”.
“Los que aquí estamos resistiendo y construyendo contamos con esos cubanos que no se avergüenzan de sus orígenes para ayudar a sostener la nación”, dijo el gobernante que, además, sostuvo que el socialismo es el mejor sistema para lograr el mayor grado de justicia social posible y de felicidad.
En su arenga política el régimen cubano usa la consigna “somos continuidad” para “salvaguardar” el legado de Fidel Castro, detonante de la crispación que genera la intolerancia ante el disenso político y la exploración de salidas cívicas.
El amor, “para nosotros, para mí que soy cristiana, es una fuente de energía incalculable porque los cubanos, por causas ajenas a nuestra voluntad, vivimos en la conflictividad, el desarraigo social y familiar, el exilio, la discriminación, el acoso y la deslegitimación por diferentes motivos, y eso es lo que tenemos que superar y el amor es la única manera de ayudarnos con esto”, señaló la activista española de origen cubano.
La misiva de las democristianas asegura que “ha llegado el momento de una nueva política, de «Reconciliación Nacional», de una «normalidad política» producto de la necesidad de reencontrar una sensación de orden, convivencia, bienestar y desarrollo, tras el miedo a la represión, la prisión y a la deslegitimación, que solo nos ha conducido al dolor y al ostracismo”.
“Para ello hay que evitar el conflicto porque sin la aceptación y el entendimiento del otro, la cuestión es imposible”, aconsejó Larrinaga.