Muere Wayne Smith, una figura crucial y controvertida en las relaciones entre EEUU y Cuba

Wayne Smith el 2 de mayo de 2002 en La Habana, Cuba. (Foto AP/José Goitia)

El representante de EEUU en La Habana entre 1979 y 1982 gestionó acontecimientos cruciales como el éxodo de Mariel en 1980, el regreso a la isla de miles de exiliados en los llamados "viajes de la comunidad" y la excarcelación de miles presos políticos, que en su mayoría se asilaron en los EEUU.

Diplomáticos cubanos y organizaciones que apuestan por el acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos lamentaron el fallecimiento de Wayne S. Smith (1932- 2024), ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, quien apostó consistentemente por un acercamiento entre ambos gobiernos y manejó momentos cruciales en la historia de las relaciones de estos países.

Tras su muerte, el canciller cubano Bruno Rodríguez reconoció que Smith “promovió incansablemente una relación respetuosa de EEUU hacia Cuba, los vínculos bilaterales y se opuso al bloqueo". Mientras Lianys Torres, encargada de Negocios de la Embajada de Cuba en Washington manifestó sentir "profundo dolor" por la partida del exdiplomático.

El autor de The Closest of Enemies: A Personal and Diplomatic Account of U.S.-Cuban Relations since 1957 (Los enemigos más cercanos: un relato personal y diplomático de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba desde 1957) defendió numerosos reclamos de La Habana como el levantamiento del embargo -una política que consideraba disfuncional- y de las prohibiciones de viajes a Cuba; el encarcelamiento de Luis Posada Carriles; el regreso a la isla de los espías de la Red Avispa, entre otros asuntos. También promovió varias visitas congresionales y de figuras de alto perfil a la isla y otras muchas iniciativas favorables a un acercamiento con el régimen.

Restaurando la diplomacia

EEUU rompió relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1961, citando una acción injustificada del Gobierno de Cuba que impuso limitaciones a la Misión estadounidense para llevar a cabo sus funciones diplomáticas y consulares normales en la isla. El 1 de septiembre de 1977, Washington estableció una Sección de Intereses en la Embajada de Suiza y ese mismo año, Lyle Franklin Lane sirvió como el primer Jefe de Misión de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, encabezando el regreso de los diplomáticos estadounidenses a Cuba.

Dos años más tarde Smith, quien había sido funcionario de la representación estadounidense en Cuba en 1957, regresó a la isla nombrado por el presidente Jimmy Carter como principal figura de la misión diplomática. Ocupó esta importante plaza entre 1979 y 1982, un periodo en el que realizó una intensa labor diplomática y gestionó acontecimientos cruciales como el éxodo de Mariel en 1980, cuando 125 mil cubanos llegaron a EEUU; el regreso a la isla de miles de exiliados en los llamados "viajes de la comunidad" en 1978; y la excarcelación de más de tres mil presos políticos, que en su mayoría se asilaron en los Estados Unidos.

A su salida de la isla, Smith se convirtió en una fuente habitual para abordar los asuntos entre Cuba y Estados Unidos. Su opinión contrastaba a menudo con las posturas de algunos grupos de exiliados cubanos y de políticos estadounidenses que apuestan por mantener una política férrea contra el régimen comunista por sus violaciones de los derechos humanos.

El Secretario de Estado John Kerry habla durante el izamiento de la bandera estadounidense en la Embajada de EEUU en La Habana, el 14 de agosto de 2015. AP/Pablo Martínez Monsiváis

En agosto de 2015, Smith fue un invitado de honor a la ceremonia de izamiento de la bandera de Estados Unidos en la Embajada estadounidense en La Habana, cuando la Administración de Barack Obama decretó que se iniciaba una nueva era en las relaciones entre ambos países.

En esa ocasión, el diplomático reconoció en entrevista con Reuters la dimensión de su compromiso con la promoción de las relaciones entre EEUU y Cuba: “He trabajado durante 50 años para lograr lo que sucede hoy, para lograr un diálogo, que simplemente hablemos entre nosotros, así que en ese sentido, siento que he ganado algo. No ha sido una pérdida de tiempo. No ha sido una pérdida de mi vida. Pero, nuevamente, todavía tenemos muchos problemas que resolver".

Además de su experiencia en el Servicio Exterior, tuvo un importante rol académico como profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Johns Hopkins e investigador del Centro de Política Internacional.