El día 25 de agosto, murió en Nueva York mi hermano Rodobaldo, un genuino combatiente por la libertad de Cuba, expreso político, condenado a seis años de cárcel por la tiranía comunista de los hermanos Fidel y Raúl Castro y a punto de ser fusilado, sin hacerle daño a nadie, en el grupo de los 71 asesinados el 12 de enero de 1959 y lanzados a una fosa común en el campo de tiro en la Loma de San Juan, en Santiago de Cuba.
Un verdadero milagro hizo que se salvara de aquel crimen.
Mi hermano Rodobaldo recorrió 14 cárceles en toda la Isla, desde la de Boniato, en Isla de Pinos, los fosos de El Castillo del Príncipe, San Severino, en Matanzas, la de Santa Clara, la cárcel de Camagüey y varias más.
Su carácter rebelde y sus ideales libertarios, lo llevaron a luchar contra la tiranía, inclusive dentro de las prisiones, donde recibió castigos de todo tipo, golpizas, bayonetazos y toda clase de represalias durante seis años y seis meses que cumplió en las prisiones del régimen comunista.
Su muerte nos ha llenado de luto a sus hijos Edgardo, Leonel, Ana Delia, sus nietos, nieta y biznieta, su hermana Milagros, sus sobrinas y sobrinos, y a mi personalmente.
El sábado 22 de septiembre, a las 3 de la tarde, se llevará a cabo una misa religiosa en la Iglesia San Louis Catholic Church, situada en el 7270 SW 120 Street, en Miami, Florida, donde sus cenizas, después de ser cremado en Nueva York, serán bendecidas y ofrecidas al Señor, tal y como él lo quería, y permanecerán en esta ciudad donde vive gran parte de sus familiares y sus seres más queridos.