Mientras el ministro de Comunicaciones de Cuba, Jorge Luis Perdomo, decía esta semana que “no ha existido nunca ninguna motivación política [para] bloquearle a la población cubana el acceso a la información y al conocimiento”, el periodista Yoe Suárez le explicaba a una amiga cómo hacer para sortear el bloqueo y leer Diario de Cuba dentro del país.
“Probablemente mientras el ministro estaba diciendo eso, que es completamente falso, yo le estaba explicando a una amiga de otra provincia, de Camagüey, cómo entrar a Diario de Cuba a través de un VPN, o un proxy”, relató Suárez el miércoles. “Si realmente estuviera desbloqueada la web, yo no tendría por qué haberle dado esa explicación a esta amiga. Entonces, es irónico; parece que el ministro está viviendo en un universo paralelo”.
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El funcionario hizo la declaración en entrevista con el servicio informativo del Kremlin Russia Today (RT). Junto con publicaciones digitales como 14ymedio, El Estornudo, Tremenda Nota, Cubanet, ADN Cuba y Cibercuba, Diario de Cuba es uno de los medios bloqueados en la isla.
Desde La Habana, en entrevistas con Radio Televisión Martí, Suárez y otros cinco periodistas independientes reaccionaron a las declaraciones del ministro cubano.
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“Es inseparable la forma como ha hecho política el castrismo en los últimos 60 años de la necesidad de bloquear el acceso a la información por parte de la población cubana: es parte de la forma de la represión”, manifestó Boris González Arenas. “Cuando se dice: ‘El castrismo es represivo hacia la sociedad cubana’, entre otras cosas es represivo porque le impide el acceso a la información. Con acceso a la información sencillamente el sistema no puede ser represivo en el nivel que lo tenemos”.
“Es muy cínico”, declaró la reportera de Cubanet Camila Acosta, varias veces víctima de desalojo por presiones de la Seguridad del Estado a los dueños de las viviendas donde paga alquiler.
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“En muchas ocasiones nos cortan el acceso a internet cuando hay alguna manifestación virtual”, o alguna convocatoria, cuenta Acosta. “Por ejemplo, el 30 de junio, que había una manifestación convocada en varias partes del país, y todos amanecimos sin datos móviles, y esto es un patrón que se ha manifestado en varias ocasiones acá, lo utilizan como censura y, por supuesto, por motivos políticos”.
El propio Decreto-Ley 370 delata un matiz político e ideológico cuando plantea que el Estado pretende consolidar el uso de las tecnologías, de la información y de las comunicaciones “para fortalecer el socialismo y la revolución cubana”, indica Acosta.
“Si eso no es ideológico; si eso no es política… pues por favor”, comenta, y dice que mientras tantos cubanos dependen de sus familiares en el extranjero para pagar su acceso a internet, hace poco una funcionaria reveló disfrutar de servicio gratuito a cambio de publicar mensajes favorables al gobierno.
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“Una ciudadana circuló un audio, directiva de una empresa; dijo que a ella le daban internet gratis, y solo le pedían que estuviera constantemente posteando en redes a favor del sistema político cubano. Entonces, ¿para eso sí hay dinero?”, se pregunta Acosta.
En Cuba no existe acceso público a las informaciones que los funcionarios del régimen llaman sensibles, y la información sensible en Cuba puede ser todo, dijo Jorge Enrique Rodríguez, que no paraba de reír cuando el reportero de Radio Televisión Martí le citó textualmente por teléfono la frase del ministro Perdomo.
“Es una mentira total”, comentó Rodríguez, reportero de Diario de Cuba y corresponsal del periódico español ABC. Luego contó su experiencia personal al hacer una investigación sobre los feminicidios en el país.
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“Usted va a las casas de atención a la mujer y la familia, subordinadas al Ministerio de Salud Pública, y no le dan información ninguna; usted va al Departamento de Prisiones provincial a preguntar cuántos presos hay por temas sexuales, y no se la dan; usted va a la Fiscalía a preguntar cuántos presos hay en Cuba [por ese motivo], y no se la dan, y lo mismo en los tribunales”, dijo.
Según María Matienzo, que escribe para Cubanet, la afirmación del ministro Perdomo vuelve a demostrar el divorcio entre el gobierno y la sociedad.
“Es muy consecuente con la política que ellos siguen, de negación; de ese medio fascismo que tienen implantado aquí de que quien no esté con ellos está en contra, donde no pueden existir medias tintas y del que no se salvan ni siquiera los que aun llamándose de izquierda o revolucionarios tienen un discurso que, más o menos, no compagina con el discurso que ellos quieren sostener: rígido, dictatorial y totalitario”, dijo Matienzo.
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Puso como ejemplo el artículo recién publicado en el periódico Granma “Revictimizada mil veces”, sobre los feminicidios en Cuba.
“Te das cuenta de que ni siquiera las personas que tienen una lucha justa, que ellos pueden considerar también justa o que en algún momento ha sido parte de su agenda política, escapan a toda la estigmatización política”, comenta Matienzo.
Concuerda en que Perdomo, como todos los ministros cubanos, está divorciado de la realidad de su país.
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“Capaz de que mañana nos veamos y le diga: ‘Mira, a mí me interrumpieron las comunicaciones por ser periodista independiente’, y se caiga para atrás desayunándose con el tema”, comenta. “La realidad es que sobre ETECSA, el monopolio de comunicaciones en Cuba, quien rige es el Partido [Comunista], como mismo rige sobre la Constitución, cosa totalmente desatinada con respecto al [desarrollo] de la civilización humana en pleno siglo 21”.
En ninguna parte un partido esta por encima de la carta magna de un país, y en Cuba lo está, observa la periodista. El resultado es una empresa de comunicaciones sometida al aparato político y dispuesta a “apuñalar” a sus clientes con unos precios desorbitantes.
Lee también Llueven quejas a ETECSA tras anunciar que el servicio está restablecido“Las interrupciones no son el único fenómeno asociado a esta empresa: también está el robo de créditos, la interrupción de líneas”, indica Matienzo. “Iris Ruiz, por ejemplo, la actriz integrante del Movimiento San Isidro, tuvo que renunciar a su número justo porque se lo bloquearon un día y nunca más pudo usarlo; Omara Ruiz Urquiola, cada vez que tiene que dar alguna declaración todos tenemos que estar en función de si tiene acceso a internet o no, y el miedo constante de la ciudadanía que no participa como activista a que les quiten los móviles, a que les interrumpan el acceso a internet por cualquier tipo de pronunciamiento político”.
El ministro Perdomo --que en la entrevista con RT evoca la campaña de alfabetización de 1961 como prueba de acceso al conocimiento bajo la “revolución”-- no es el único funcionario de su rango que vive ajeno a la realidad, manifiesta la periodista independiente.
Lee también "Los niños estaban aterrorizados": menores víctimas de acto de repudio en Holguín“Si te encuentras, por ejemplo, a la ministra de Educación y le preguntas: ‘¿Hay algún niño discriminado, algún niño ha sufrido abuso por la actividad política de sus padres?’, te va decir que no”, asegura Matienzo, y cita los casos de activistas cuyos hijos en el único sistema escolar del país sufren abuso por parte de maestros, directores, funcionarios de Educación y la propia Seguridad del Estado.
Quien vaya al Ministerio de Justica puede tener acceso a las ediciones de la Gaceta Oficial, pero no mucho más, indica Jorge Enrique Rodríguez.
Hay otros tipos de informaciones “que no están al alcance de la población ni en el Ministerio de Justicia, ni en el Ministerio de Educación, ni en el Ministerio de Salud Pública”, dice el reportero. “Todo lo que la población en Cuba sabe es única y exclusivamente lo que ellos [los jerarcas del gobierno] disponen a través de las Mesas Redondas, el órgano oficial del Partido Comunista, que es Granma, y los demás periódicos. Fuera de eso los cubanos no tienen información libre”.
Lee también "Uno pueden y otros no": tiendas en dólares acrecientan diferencias socialesCuando abrieron el año pasado las tiendas en dólares no se podía hacer fotos a las colas, recuerda.
“No querían que hubiese acceso a la información”, insiste. “No te dejan entrar a las tiendas en dólares si no tienes la tarjeta de moneda libremente convertible, lo que significa que a usted se le está negando acceso a información de lo que está ocurriendo dentro de esa tienda”.
Rodríguez explica que no solo se trata de las indagaciones hechas por periodistas independientes: a la propia ciudadanía tampoco se le garantiza acceso a información privada y familiar, porque el gobierno la maneja a su antojo como información política sensible.
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“Estamos hablando de la población”, explica. “Si a un menor de edad involucrado en un tema de abuso sexual le hacen un peritaje en Medicina Legal, a la familia no se le da el resultado del peritaje; cuando hay determinados delitos [en casos de fallecimiento], a la familia tampoco se le da el acta de defunción de Medicina Legal: es decir, se les niega a las personas documentación, se les niega conocimiento, se les niega información”.
De hecho, subraya, los cubanos no tienen acceso a su historia clínica completa, y se les da apenas un resumen de ese historial médico. “¿A qué llama este ministro información? ¿A qué llama conocimiento? Estas son las preguntas que habría que hacerle a él”, declara Rodríguez.
De acuerdo con la reportera de 14ymedio Luz Escobar, es obvio que la táctica del gobierno cubano ha sido durante muchos años bloquear el acceso a la información.
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“Bloquear literatura, bloquear figuras de la cultura, anularlas, desaparecerlas; esa ha sido la táctica de ellos”, y también negar que lo hacen, dice. Por eso la entrevista del ministro Perdomo con RT ilustra no solo la censura, sino también el cinismo a la hora de enfrentar la esfera pública.
Como prueba reciente de ese cinismo evoca el caso de un programa de la televisión cubana dedicado a la reforma agraria en el cual presentaron a la Guarachera de Cuba, Celia Cruz, como una figura “manipulada” por el exilio.
“Después, cuando la prensa oficial va a hablar del tema –porque esto desató las quejas de muchísimos cubanos dentro y fuera de la isla por la forma en que fue minimizada, caricaturizada y satanizada--, ellos negaron que durante años la figura de Celia Cruz no solo fue censurada y vilipendiada, sino que también negaron que había sufrido la prohibición del gobierno para regresar a Cuba”, dijo Escobar.
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“Como periodista independiente he vivido de primera mano este asunto del bloqueo de la información, sobre todo de páginas web de periódicos, de revistas, de plataformas digitales donde se ofrece una visión diferente, a veces contestaria, a veces no, pero simplemente diferente, de lo que el régimen de La Habana promueve”, declaró Yoe Suárez.
“Sabemos que se hace mucha propaganda en los medios estatales, y esa propaganda únicamente es desmontada con información desde otra visión del espectro político”, dijo. “Ese trabajo lo hemos estado haciendo periodistas independientes, desde mucho antes de que yo empezara en esta carrera, pero ahora se ve mucho más en el ámbito digital cómo se bloquea, como se trata de eliminar el acceso a la información por parte de la población de estas plataformas independientes”.
Lee también CPJ: Cuba entre los 10 países del mundo con más censuraEs el caso de colegas, por ejemplo, que hacen periodismo de investigación y muchas veces “se la han visto muy fea para conseguir datos sobre accidentalidad en Cuba, o data sobre migración, o importaciones que se hacen a Cuba, tanto por particulares como empresas estatales”, explica.
Lee también Medios de prensa comprueban censura de ETECSA a mensajes con contenido político“Hacer periodismo de datos en Cuba, donde necesitas información sostenida por números, es muy difícil, y muchas veces los periodistas de datos, o quienes estamos haciendo algún tipio de información que necesita periodismo de datos, terminamos haciendo las tablas, la data, construyéndola a partir de un esfuerzo propio”.
Concuerda en que el bloqueo de la información sobrepasa el ámbito de lo político y va al ámbito de lo privado.
Lee también "Cuban Lives Matter": Raudel Collazo pone la mira en la realidad de Cuba“Esa es una de las características precisamente de los regímenes totalitarios: abarcar todo espacio de libertad, ya sea económica o política, pero también y específicamente individual”, añade Suárez.
Camila Acosta reafirma el testimonio de Suárez: está visto y comprobado que varias páginas de internet están bloqueadas en Cuba, y que para lograr acceso a ellas se debe usar un VPN, o sea, entrar por servidores extranjeros. Y también se refiere a otra de las declaraciones del ministro Perdomo en la entrevista con RT.
“Decir que Estados Unidos es el [único país] que está manifestando que en Cuba se bloquea el acceso a internet es también girar el foco de atención, cuando no ha sido solamente el gobierno de Estados Unidos el que ha manifestado esto”, indica. “Varias organizaciones internacionales en muchísimas ocasiones, sobre todo en los últimos meses, han denunciado esto”.
Lee también Por querer repartir nasobucos fue que detuvieron a la periodista independiente Camila AcostaPone como ejemplo un reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que abordó el tema del acceso a internet, el bloqueo de páginas web y el Decreto-Ley 370. Dice que el ministro recurre nuevamente a presentar a Cuba como “el país bloqueado, la isla caribeña que ha estado enfrentando al monstruo del imperialismo yanqui más de 60 años”, cuando los reales problemas están dentro de la isla.
“El principal problema de Cuba es el sistema político que existe acá; no es culpa de Estados Unidos ni del ‘bloqueo’ –como les llaman ellos al embargo--; no es culpa de ellos que los precios de internet estén altísimos, eso no es culpa de Estados Unidos ni de ninguna potencia extranjera”, dice.
Un GB de internet cuesta 10 CUC, casi la mitad del salario de un ciudadano promedio, recuerda la periodista independiente, y se refiere al papel del ministerio que Perdomo dirige en la represión contra quienes hacen denuncias en las redes sociales.
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“El Ministerio de Comunicaciones se ha prestado a la campaña de represión y hostigamiento a las personas que han sido multadas, teniendo en cuenta que la mayoría de las multas por el Decreto-Ley 370 se han impuesto por supuestos inspectores del Ministerio de Comunicaciones orientados por la Seguridad del Estado cubana”, explica Acosta.
González Arenas recuerda que la Constitución vigente en Cuba “reconoce” la libertad de prensa antes de establecer que “los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus manifestaciones y soportes, son de propiedad socialista de todo el pueblo o de las organizaciones políticas, sociales y de masas, y no pueden ser objeto de otro tipo de propiedad”.
“Esto es un sainete”, dice el periodista.
“Lo primero es que en Cuba hay una tradición, con el castrismo, de que la Constitución no es la ley máxima de la república porque, ya cuando se reconoce la libertad de prensa, se supone que en un estado de derecho no habría posibilidad de quitarla; está garantizada porque lo reconoce esa primera oración. Pero después: ‘Este derecho se ejerce de conformidad con la ley y los fines de la sociedad…’ ¿Quién dicta esos fines de la sociedad y, por supuesto, quién los dicta cuando no hay un estado de derecho?”
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Al final los periódicos son Granma y Juventud Rebelde y solo hay libertad de prensa para un partido, el Partido Comunista, y para la juventud comunista, observa, antes de referirse específicamente al autor de la frase, el ministro de Comunicaciones.
“Ese ministerio que él dirige es el artífice de uno de los últimos atracos contra la libertad de expresión, el Decreto-Ley 370, emitido en diciembre de 2018, y él llegó a ministro en julio de ese año desde el viceministerio primero”, observa González Arenas. “Por ser un Decreto-Ley no puede asociarse directamente a él, sino al Consejo de Estado, pero de que sus manecitas entrenadas están detrás de él no nos quepa duda. El Decreto-Ley 370, con el empujoncito de la arbitrariedad paramilitar y policial, y la ausencia de estado de derecho, ha servido para perseguir a comunicadores y periodistas independientes a lo largo del 2020. ¿La razón? La divulgación de la información y el conocimiento que él afirma que no se bloquea en Cuba”.