Miembros de las milicias chiíes iraquíes, respaldados por Irán, se retiraron este miércoles de la Embajada de Estados Unidos en Bagdad, un día después de haberla asaltado, lo que llevó a Washington a enviar efectivos adicionales y amenazar con represalias a Teherán.
Las autoridades iraquíes ordenaron al grupo armado Multitud Popular que se retirara del lugar para desactivar la crisis diplomática generada cuando cientos de manifestantes irrumpieron el martes en una parte del complejo de la embajada.
El presidente Donald Trump aseguró que el asalto había sido orquestado por Irán. En un mensaje de Twitter, el secretario de Estado Mike Pompeo también denunció a Irán.
El Gobierno iraní negó este miércoles las acusaciones y advirtió a Washington sobre las consecuencias de cualquier "reacción imprudente".
El senador cubanoamericano Marco Rubio ha elogiado a la Casa Blanca por las acciones tomadas para proteger la Embajada en Bagdad. El envío de marines ha sido una decisión "fuerte y necesaria" en un momento de crisis, dijo Rubio.