En marzo, coincidentemente con una histórica renovación de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos; y tras una restauración capital que comenzó en 2012, el Capitolio de La Habana se convertirá nuevamente la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
"En una coincidencia no programada, se están restaurando en este momento las dos cúpulas, la de aquí y la de allá" (Washington), dijo a AP Eusebio Leal, titular de la Oficina del Historiador, que tiene a su cargo la reparación del gigantesco inmueble. "¡En último caso ellos (los estadounidenses) nos imitaron a nosotros, yo empecé primero!", bromeó el funcionario.
Abierto en 1929, de estilo neoclásico, el Capitolio fue hasta la llegada de Castro en 1959 la sede del Congreso bipartidista de la época y, como tal, un símbolo del viejo orden para las nuevas autoridades.
El edificio homólogo de Washington, inaugurado en 1800, se encuentra también con su cúpula en reparación desde comienzos de 2014 para sellar cerca de mil grietas en su estructura con un presupuesto de $60 millones.
Pese a la inspiración que el Capitolio de La Habana pueda haber tenido en el de Washington, los edificios no son idénticos y cuentan con elementos distintivos y aunque el cubano es mucho más pequeño en superficie cubierta que su par estadounidense es más alto que este y su cúpula es más grande.
Según Leal, en el mes de marzo ya podrán instalarse las primeras oficinas de los miembros de la Asamblea del Poder Popular, actual Parlamento unicameral que reemplazó al antiguo Congreso.
Actualmente, la Asamblea tiene oficinas administrativas y comisiones permanentes que funcionan en un edificio lejos, al oeste de la ciudad, y cuando sesiona en plenaria, dos veces al año con sus 600 diputados, lo hace en el Palacio de las Convenciones, un recinto multifuncional de la época revolucionaria.
Ubicado en el corazón de La Habana Vieja, el Capitolio no escapó a los ataques de los primeros días de la revolución, a la par que se saqueaban los casinos y hoteles o se nacionalizaban empresas emblemáticas de la influencia estadounidense en la isla, que muchos cubanos consideraban el origen de la pobreza, el subdesarrollo y el analfabetismo en el país.
Sin embargo, la falta de mantenimiento y de reparaciones mayores dañó seriamente su estructura, sus desagües se rompieron, su pintura se deslució, el trabajo decorativo de yeso se cayó y comenzaron a aparecer peligrosas grietas en la cúpula.
"Esta obra no tiene punto de comparación con nada que haya hecho antes", dijo la ingeniera Mariela Mulet, una de las encargadas de la restauración, que demandará al menos cuatro años de trabajo continuo y una cifra millonaria que no fue especificada.
Mulet, quien también participó de la restauración en 2013 de otro ícono de Cuba recordado en Estados Unidos, el cercano bar Sloppy Joe's, lugar frecuentado por Frank Sinatra o Nat King Cole, explicó que ya se terminó el saneamiento estructural del Capitolio.
Los restauradores se encontraron además con otras dificultades que complicaron la obra, según los funcionarios cubanos: el embargo estadounidense les impidió contar con materiales de construcción como un mortero o cemento especial que se trajo desde Alemania por el que se pagó $250.000 por siete toneladas.
Según el arquitecto de la Oficina del Historiador, Jorge Félix Cisneros, si hubiera posibilidad de un comercio directo con Estados Unidos este tipo de material "podría costar menos de la mitad" y se dispondría de más recursos, no sólo para el Capitolio sino para muchos otros edificios patrimoniales del casco viejo.
Si finalmente se cumple la propuesta del presidente Barack Obama de diciembre de acompañar el relanzamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos con una flexibilización para que sus compatriotas puedan viajar a la isla, la zona donde está enclavado el Capitolio será un foco de atracción que incluye otros lugares representativos.
El propio Leal imaginó aquel escenario: Miles de norteamericanos podrán ver el remozado Capitolio; al frente el también rescatado Gran Teatro de La Habana, algunos metros más allá el reabierto Teatro Martí, el Parque Central con su estatua de José Martí, el mencionado bar Sloppy Joe's Bar, o la Manzana de Gómez, obra en reconstrucción, convertida en centro de negocios. "Será realmente un momento espectacular", exclamó Leal.