Miles de campesinos a bordo de camiones, autobuses y furgonetas llegaron hoy a Managua para participar en la peregrinación "Por amor a Nicaragua", convocada por la iglesia católica.
La larga caravana, formada por un sinfín de vehículos y con numerosos campesinos ataviados con camisetas y banderas de Nicaragua, entró a la capital nicaragüense abanderada por la líder campesina, Francisca Ramírez, al grito de "¡justicia!" y con bocinazos, pitos y consignas en contra del presidente del Gobierno, Daniel Ortega.
La comitiva, a su ingreso en Managua, fue recibida con aplausos y
vítores por parte de numerosos ciudadanos y estudiantes que salieron
a las calles para darles una calurosa bienvenida con gritos como "¡el pueblo unido jamás será vencido!".
"¡Bienvenidos a Managua hermanos campesinos nicaragüenses!. Los
esperamos con los brazos abiertos, orgullosos de ustedes, solidarios con sus demandas. ¡Gracias por estar aquí!. ¡Viva Nicaragua!", escribió en Twitter el influyente obispo Silvio Báez.
Los campesinos viajaron desde numerosos puntos del país
centroamericano aunque especialmente desde el sureste y norte del
territorio nicaragüense.
La mayor parte de los campesinos son originarios del sureste de Nicaragua, una parte de la población que ha sufrido los ataques de grupos de choque del Gobierno, conocidos como "turbas", en conjunto con la Policía Nacional, por oponerse a la ley que permite la construcción del canal interoceánico de la firma china HKND Group, en el sur del territorio.
Esta es la primera vez que los campesinos "anticanal" se manifiestan sin ser obstaculizados por la Policía Nacional, el Ejército de Nicaragua o las "turbas" sandinistas.
Nicaragua atraviesa una crisis que hoy cumple once días, debido a
multitudinarias manifestaciones en contra del presidente Ortega, que
iniciaron por reclamos a unas medidas de seguridad social y continuaron a pesar de que el mandatario revocó su decisión, debido a las múltiples muertes causadas por la represión.
La población exige la renuncia de Ortega y de su esposa, la
vicepresidenta Rosario Murillo, porque los consideran represivos,
corruptos, violadores de los derechos humanos, así como de los
derechos civiles y de las libertades públicas, entre otros.
Nicaragua vive pendiente del comienzo del diálogo que en próximas
fechas, todavía sin especificar, protagonizarán el Gobierno y el
Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), con la Conferencia
Episcopal (CEN) como mediadora.
Desde que comenzaron las protestas hace una semana, los
enfrentamientos violentos que se produjeron en Nicaragua dejan al
menos 42 muertos y un total de 48 desaparecidos, según el Centro
Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras
organizaciones humanitarias incrementan esta cifra hasta las 63
víctimas.
(Con información de la agencia EFE y redes sociales)