Once migrantes cubanos parte de un grupo que protestó durante dos meses frente a la sede de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Trinidad y Tobago, continúan detenidos y recibirán el 2018 en prisión.
Fueron detenidos la semana pasada, tras rechazar una oferta del organismo internacional que gestionó un local para que no pasaran la Navidad en el improvisado campamento de rústicas carpas situado en la calle.
Las autoridades locales dijeron entonces que el grupo de ocho hombres y tres mujeres estaba obstruyendo la vía pública.
También expusieron su preocupación por la salud y seguridad de tres niños que son parte del grupo que se negó a hospedarse y fueron entregados en custodia a la Unidad de Protección Infantil de las fuerzas de seguridad local.
Los detenidos a su vez integran el grupo de 19 cubanos que reclamaban la condición de refugiados políticos y el reasentamiento en un tercer país a través de ACNUR.
Todos sostienen que salieron de Cuba huyendo de la represión y se niegan a regresar al país.
De los detenidos, los ocho hombres fueron llevados a juicio y declarados inocentes el pasado 22 de diciembre.
Una segunda audiencia está programada para el próximo día 8 de enero.
El diario local NewsDay informó que se les acusa de violar la sección 64 (1) (n) de la Ley de delitos sumarios que impone un límite de $200 dólares y un mes de prisión a cualquier persona que de alguna manera obstruya deliberadamente el libre paso de una calle.
Las tres mujeres están detenidas en la prisión de Arouca. Los hombres permanecen en una cárcel de Puerto España y en la prisión de Golden Grove en Arouca.
Los siete cubanos que aceptaron la oferta de ACNUR, -entre ellos dos menores-, fueron trasladados a una vivienda en la región de Sangre Grande, a unos 40 kilómetros de Puerto España. Estos podrán permanecer en la vivienda por dos semanas de manera gratuita.
La postura de ACNUR
El mandato de ACNUR incluye dar protección a los refugiados, las comunidades desplazadas por la fuerza y las personas apátridas, así como ayudar en su repatriación voluntaria, integración local o reasentamiento en un tercer país.
Las autoridades de Trinidad y Tobago sostienen que el proceso de asilo del grupo está en curso y aseguraron que ninguna protesta acelerará el trámite.
ACNUR respondió desde su sede central en Washington vía correo electrónico a preguntas de Martí Noticias sobre el caso.
"La ONU reconoce la frustración manifestada en los últimos meses frente a la sede de ACNUR ante la limitada gama de soluciones disponibles para los refugiados y solicitantes de asilo", dijo el texto.
"En consecuencia, se debe elaborar una ley sobre los derechos de los refugiados y solicitantes de asilo, que establezca su situación legal y aclare las opciones disponibles para ellos”, agregó.
Pero el proceso de conseguir el envío a un tercer país es lento y engorroso. Son decenas de miles los emigrantes que llegan a ese país insular, en su mayoría provenientes del Medio Oriente y Venezuela.
Según cálculos, en Trinidad y Tobago, uno de los pocos países que no exigen visa a los cubanos, hay unos 1.000 cubanos que son ya refugiados reconocidos por ACNUR o que tramitan esa condición.
"El Caribe no es inmune a la crisis de refugiados que hay en el resto del mundo", dijo, Rubén Barbado, funcionario de ACNUR en Trinidad Y Tobago, quien valoró además las gestiones emprendidas por países como Trinidad y Tobago para hacer cumplir la Convención de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951.