Con gran entusiasmo y esperanza, millones de ciudadanos votaban el domingo en una jornada electoral histórica que pondrá a prueba si el mandato popular puede restar el poder que desde hace mucho tiempo han ejercido los militares. Se espera que el partido de la opositora Aung San Suu Kyi obtenga una cómoda victoria.
Se prevé que los resultados se conozcan hasta el lunes, de acuerdo con funcionarios.
En un país que pasó casi medio siglo sometido a un régimen militar, muchos de los 30 millones de personas llamados a votar acuden a las urnas por primera vez en lo que se ha presentado como los primeros comicios libres en la nación. Es la primera vez para también Suu Kyi, el símbolo del movimiento prodemocrático que desafía a la junta durante décadas.
Ataviada con su característico tocado de flores en el pelo, una sonriente Suu Kyi llegó al centro de votación próximo a su casa de Yangón, donde la esperaban cuentos de periodistas. Depositó su papeleta rápidamente y partió sin hacer declaraciones a la prensa.
Muchas personas hacían fila ante templos budistas, escuelas y edificios del gobierno por la mañana temprano para votar, mucho antes de un fuerte aguacero que empapó Yangón a última hora de la tarde, una hora antes del cierre de las urnas.
Observadores electorales dijeron que había sido "un día extraordinario" lleno de entusiasmo y energía.
"Son muy, muy importantes (...) Es la primera vez que la mayoría de gente del país tendrá la oportunidad de votar por el principal partido de la oposición ", dijo Richard Horsey, un analista independiente en Mianmar.
Aunque en los comicios participan más de 90 formaciones políticas, la principal contienda la escenifican la Liga Nacional para la Democracia, que encabeza Suu Kyi, y el partido gobernante: Unión, Solidaridad y Desarrollo. Entre los aspirantes a entrar en el parlamento hay partidos de minorías étnicas, que conforman el 40% de los 52 millones de habitantes del país.
"Estoy muy emocionado por venir a votar. No pude dormir en toda la noche, así que vine temprano", dijo Ohnmar, una mujer de 38 años que se identifica con un único nombre. "Vine a votar porque quiero cambiar en mi país. Creo que Aung San Suu Kyi va a ganar si es una elección libre y justa de verdad".
Los comicios son considerados la mejor oportunidad de Mianmar en décadas para avanzar hacia una mayor democracia si el partido de Suu Kyi consigue el número más alto de escaños en el parlamento bicameral y el mandato para gobernar.
Tras tomar el poder en 1962, la junta militar permitió elecciones por primer vez en 1990, en las que el partido de Suu Kyi ganó por una mayoría abrumadora. El sorprendido ejército impidió que los legisladores electos ocupasen sus escaños, con la excusa de que había que implementar antes una nueva Constitución - una tarea que terminó 18 años después y tras una intensa presión internacional. Finalmente se convocaron nuevos comicios en 2010, una cita que la oposición boicoteó por lo que consideró leyes electorales injustas.
Unión, Solidaridad y Desarrollo ganó por defecto y asumió el poder en 2011 con el presidente Thein Sein, que comenzó a impulsar reformas políticas y económicas para acabar con el aislamiento de Mianmar y reactivar su moribunda economía. Pero la popularidad del partido gobernante, o la falta de ella, fue puesta a prueba de nuevo en 2012, en unas elecciones en que la Liga Nacional ganó 43 de los 44 escaños en juego.
Suu Kyi no pudo votar en ninguna de esas citas, bien porque estaba bajo arresto domiciliario o porque los comicios no afectaban a la zona en la que ella vivía. Pero sí obtuvo un escaño en el parlamento en 2012.
La Liga Nacional para la Democracia comienza el recuento de votos del domingo con una desventaja: de los 664 escaños del Parlamento, 25% están reservados para los militares.
Lo anterior significa en teoría que Unión, Solidaridad y Desarrollo no necesita ganar la mayoría absoluta a fin de controlar la Legislatura. Para contrarrestar ese escenario, la LND necesitaría ganar abrumadoramente en las urnas.
Después de las elecciones, los nuevos miembros del parlamento propondrán tres candidatos, de los que elegirán un presidente. Los otros dos serán vicepresidentes.
Suu Kyi no puede optar a ocupar la presidencia o la vicepresidencia del país por una enmienda constitucional que impide que ningún birmano casado o con hijos extrantrajeros ocupe estos cargos. Los hijos de la opositora y su fallecido esposo son británicos.