En 1988 se realizó en Italia la Trigésima Copa Mundial de Béisbol Amateur, y como era de esperar, los dos equipos favoritos llegaron a la final: Cuba y Estados Unidos.
En la fase clasificatoria Cuba superó a Estados Unidos. Ambos equipos se mantuvieron invictos en 10 juegos. Con el encuentro 9x6 en el noveno inning a favor de los norteños, Lourdes Gourriel Sr. disparó cuadrangular con dos corredores en bases para empatar el juego a 9 ante Joe Sularski, quien posteriormente en Grandes Ligas ganó 13 juegos y perdió 21 con 4 equipos.
Posteriormente Charles Nagy (en 14 años en la MLB con Cleveland y San Diego ganó 129 y perdió 105), le lanzó al villaclareño-avileño Alejo Oreilly, quien conectó jonrón para poner el marcador 10x9 a favor de Cuba. El relevista habanero Euclides Rojas cerró la novena entrada y se acreditó el éxito.
El juego final en Italia 1988 lo abrieron René Arocha (lanzó en la MLB con San Luis y San Francisco durante 4 temporadas con 18 victorias y 17 derrotas), y por Estados Unidos lo hizo el hombre de la malformación congénita en su brazo derecho Jim Abbot, (lanzó 10 años en la MLB con 4 equipos con récord de 87 triunfos y 108 fracasos).
En la tercera entrada, Tino Martínez le disparó jonrón a René Arocha, quien explotó. Tino ( posteriormente ex pelotero de la MLB) también conectó otro bambinazo, mientras que Robin Ventura ( exjugador de la MLB y actual mánager de los Medias Blancas de Chicago) impulsó con un sencillo a Ty Griffin.
El encuentro llegó al noveno inning 3x1 a favor de EEUU. Una controversial jugada en primera base en esa entrada permitió que Lourdes Gourriel Sr. conectara jonrón para empatar el encuentro a 3 carreras.
En esa situación entró de relevo Andy Benes (lanzó en la MLB con 5 equipos durante 14 años con récord de 155 éxitos y 139 fracasos). "El Tambor Mayor" y designado Orestes Kindelán recibió con sencillo a Benes. Juan Padilla fue enviado a la inicial para correr por Kindelán.
El receptor Pedro Luis Rodríguez (ahora residente en Miami) conectó hit, el tunero Ermidelio Urrutia se sacrificó (Padilla avanzó a tercera y Pedro Luis a segunda base). En esa situación Víctor Mesa fue transferido intencionalmente para lanzarle a Lázaro Vargas, quien respondió con cohete al jardín derecho para que Padilla anotara desde la antesala la carrera del triunfo para Cuba. El noveno lo lanzó de relevo Euclides Rojas, a la postre el triunfador del partido y Cuba ganó de forma espectacular la Copa Mundial.
Euclides ganó también varios eventos internacionales y Series Nacionales (SN) con Industriales.
En 13 SN Rojas lanzó 365 encuentros, de ellos 342 como cerrador. En total ganó 59, perdió 42 y salvó 90. En la última temporada que lanzó con el equipo azul de Industriales 1993-1994 logró superar el récord de 11 juegos salvados para una temporada, impuesto en 1973 por otro habanero, Elpidio Páez.
Esa cifra (11 salvados), permaneció intocable durante casi dos décadas. Fue superada por Orestes González y el artemiseño José A. García.
Euclides no poseía la velocidad astronómica del clásico matador (como es el holguinero Aroldis Chapman, envíos superiores a las 100 millas por horas en la MLB), pero basaba su dominio en el perfeccionamiento del control al estilo de Greg Maddux.
Rojas fue un estudioso constante del contrario y siempre mostró sobre el montículo una tranquilidad desesperante. El ex lanzador habanero utilizaba una curva muy difícil de conectar en la zona baja y en las esquinas.
En 1994 Euclides junto a su esposa e hijo abandonaron la mayor isla de las Antillas a través del puente marítimo de Guantánamo.
En 1995, Rojas llegó a Estados Unidos procedente de la Base Naval de Guantánamo (al igual que otros 25 mil cubanos) y comenzó su sueño para ver si podía jugar en la MLB.
Ese mismo año Rojas firmó contrato de liga menor con la organización de los Marlins de la Florida (desde el 2012 los Marlins de Miami).
Pese a constantes lesiones Rojas fue perseverante y en dos temporadas (1995-1996) en liga menor en las clases Doble "A" y Triple "A" ganó 4 y perdió 6 con un juego salvado. Su brazo derecho tenía problemas y lamentablemente uno de los grandes cerradores en toda la historia del béisbol cubano tuvo que decirle adiós al béisbol profesional.
Su amor es tan grande que posteriormente se dedicó a enseñar a niños. Su gran sabiduría e inteligencia lo llevó a dirigir en diferentes categorías.
Desde 1997 hasta el 2000 Euclides fue pitching coach con los Marlins en las ligas menores. Posteriormente trabajó con Boston de pitching coach del bullpen en las Grandes Ligas, y desde el 2011 sigue en la misma función con los Piratas de Pittsburgh, donde el habanero ha realizado un gran trabajo, sobre todo con las figuras jóvenes.
Podemos decir que Rojas se ha establecido en esa posición y aparece, sin lugar a dudas, entre los mejores coach del bullpen en la MLB.
En reciente visita a la ciudad de Miami Rojas conversó con Martinoticias.com durante la serie entre los Piratas y los Marlins.
Euclides, muy amable, accedió a conversar sobre varios aspectos, que podrán escuchar en la entrevista. El ex lanzador de Industriales señaló que está satisfecho con el trabajo que está realizando desde hace 5 años con Pittsburgh, uno de los favoritos para avanzar de nuevo a otra postemporada de la MLB.
Habló también de la presencia latina en los Piratas y la llegada hace tres años del cubanoamericano Sean Rodríguez. "Con Sean hemos hecho más que una amistad una gran familia, con peloteros, entrenadores y la gerencia en general".
"Nuestra meta como organización es de nuevo estar en la Serie PlayOff y ganar", dijo Euclides.
Al final de la conversación, y luego de hablar de su brillante carrera con el equipo Cuba en eventos internacionales y con la selección de Industriales, Rojas sentenció enfáticamente "Mi sangre es roja, pero mi corazón en azul".
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