¡Messi lo volvió a hacer!
Parecía que la magia se le acabaría al Inter Miami en un partido complicado ante el Dallas FC en el Toyota Stadium de Frisco, Texas, el primero fuera de casa en la era Messi.
Pero tal como ocurrió en su debut, el argentino frotó la lámpara y con otra de sus genialidades, metió a Miami en cuartos de final de la Leagues Cup.
El estadio estaba a reventar, con sus 20,500 asientos vendidos en apenas 18 minutos, a exorbitantes precios que fluctuaban entre 725 y 1,500 dólares.
Y así será en cada escenario en que se presente Lío, pues ofrecerá a los fanáticos de esas ciudades la oportunidad única de ver a quien muchos consideran el mejor futbolista de la historia.
Si en el partido anterior Messi anotó su primer gol a los siete minutos, esta vez demoró menos, con un misil de zurda desde fuera del área al minuto seis, tras recibir un pase de Jordi Alba desde la línea de fondo.
Hubo que acudir al VAR, porque el venezolano Josef Martínez estaba fuera de lugar, aunque no intervino, ni interfirió para nada en la jugada, por lo que el árbitro César Ramos Palazuelos concedió la anotación para el 10 de Miami.
Con semejante inicio, parecía que el encuentro sería un trámite más para el Inter, pero el Dallas FC estaba decidido a defender su casa y estuvo a punto de lograrlo, aunque a punto no se apunta.
Pero Dallas consiguió el empate media hora después, en una jugada parecida, cuando el argentino Facundo Quignón remató a la izquierda del guardameta Dreke Callender, tras asistencia de Marco Farfán.
Cuando parecía que ambos equipos se iban al descanso con el marcador en empate 1-1, el tanzanio Bernard Kamungo fusiló a quemarropa a Callender, con asistencia del colombiano Jesús Ferreira.
Las cosas se complicaron aún más en la segunda mitad y al 63, los locales ampliaron su ventaja con tiro libre del argentino Alan Velasco para el 3-1, que dejó congelado al portero visitante.
Dos minutos más tarde vendría la reacción de Miami por intermedio del argentino Benjamín Cremaschi, recién ingresado al partido por Diego Gómez.
La jugada comenzó en los pies de Messi, quien arrastró hacia él a la defensa rival, pasó a la izquierda a Alba y este, cuando la pelota parecía salir por el fondo de la cancha, el español se la sirvió en el centro del área a Cremaschi, quien dejó sin opciones al arquero hiolandés Marteen Paes. 3-2.
Dallas no se amilanó y volvió a presionar. En el 67, el mundo pareció venirse abajo para el Inter, cuando el finlandés Robert Taylor, en un intento desesperado por frenar un contrataque y cortar un centro de Paul Arriola, anidó el balón en puerta propia, para el 4-2 en la pizarra.
Pero Miami no bajó los brazos y en el 80, Messi lanzó un centro con pelota detenida y Farfán trató de desviarla con la cabeza, aunque terminó metiéndola en su portería, autogol que ponía la pizarra 4-3.
Entonces, todas las miradas y las esperanzas estaban sobre Messi.
¿Quién, si no él, podría asumir el papel de salvador y rescatar un encuentro que parecía enterrado?
En el 85, al igual que en su primer juego con el Inter, anotó un golazo de tiro libre, que disparó con precisión quirúrgica, al ángulo derecho de la cabaña defendida por Paes. ¡4-4!
Aquí no hay alargue. Una vez sonó el pitazo final de Ramos Palazuelos, se pasó a la tanda de penales, que Messi se encargó de abrirla por el Inter.
Arriola empató y Sergi Busquets volvió a poner delante a Miami.
Paxtor Ppomykal la envió a las gradas y Dallas veía cómo, un partido que tuvo prácticamente en el congelador, se le escapaba de las manos.
El ecuatoriano Leonardo Campana acertaba para el 3-1 de los visitantes y Quignón recortaba por los de casa, para el 3-2.
Kamal Miller ampliaba 4-2 para el Inter y Ferreira volvía a acercar a Dallas 4-3.
La única esperanza que le quedaba a los tejanos era que Cremaschi fallara, pero el arquero se tiró hacia la izquierda y el argentino la mandó al fondo por la derecha, para completar una remontada épica.
Ahora, a Messi y sus amigos les toca esperar por el resultado de este lunes entre Charlotte y Houston, para conocer quién será su próximo rival en el choque de cuartos de final, que se jugará en el DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale.