Los transportistas privados en La Habana se encuentran entre los más afectados por la crisis energética, lo que ha provocado una disminución en los servicios que ofertan y el aumento del precio del servicio.
Desde la capital, el botero Oscar Casanella cuenta las horas que tiene que esperar para cargar gasolina y las afectaciones que esto provoca.
La búsqueda de combustible puede tomarle hasta un día, y una vez que encuentran el servicentro comienza una fila de varias horas hasta que pueden abastecerse, dijo el transportista a Radio Televisión Martí.
"La disponibilidad de carros para transportar personas en las calles ha disminuido y los precios también se han afectado porque muchas personas frente a ese gasto, en tiempo sobre todo, han aumentado precio", explicó.
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El también cuentapropista Rafael Alba Macías dijo que desde el pasado viernes en los servicentros Cupet del municipio Playa ha regulado la cantidad de combustible que pueden echar los boteros.
Macías dijo que una cola para habilitar el auto puede extenderse hasta dos kilómetros del lugar, y que se ha llegado a demorar hasta cinco horas para poder echar gasolina.
Los transportistas privados solo pueden echar hasta 30 litros de combustible, por lo que "se está prestando muy poco servicio" ya que esa cantidad "no alcanza para nada".
Ante la tensión existente, la policía y los inspectores estatales vigilan las estaciones de gasolina y los puntos de recogida de pasaje. "En casi todos los Cupets he visto presencia policial", dijo Casanella, una medida que busca "evitar reyertas y protestas" porque el grado de molestia de las personas es muy alto, subrayó.
El miércoles, 18 de septiembre, el gobierno cubano anunció medidas de racionamiento en múltiples sectores de la economía y los servicios ante la falta de combustible en el país.