Me gustaría que Meme Solís supiera que no lo hemos olvidado y que ya nadie tiene la arrogante intención de perdonarlo por haberse ido de Cuba dice Reinaldo Escobar en su blog desdecuba.com
El concierto Otro Amanecer que se realizó en el teatro América los días 5 y 6 de enero en homenaje al maestro Meme Solís me provocó nostalgia, vergüenza y asombro.
Nostalgia, porque aquel programa A solas contigo que transmitía Radio Progreso pasadas las 10 de la noche, fue una de mis transgresiones preferidas en los años del servicio militar, cuando violábamos el horario de silencio y la prohibición de tener radios portátiles. Alrededor de la litera del recluta Andrés Villorín, poseedor del receptor, nos agrupábamos a escuchar aquellas canciones que eran un bálsamo de modernidad en el cerrado entorno de la música cubana de aquellos tiempos.
Vergüenza, porque en aquella época me pareció totalmente normal que Meme Solís fuera despojado de su derecho a presentarse en público por haber cometido la “incalificable falta” de solicitar la salida del país. Aunque lamentable, también me pareció normal y hasta aceptable, que sus canciones fueran desterradas de los programas radiales. Cuando ya casi todo el mundo lo había olvidado lo vi en persona, por primera y última vez, en el hotel Jagua de Cienfuegos donde animaba con el piano algunas noches del cabaret. Me pareció entonces que se estaba siendo generoso dándole aquella oportunidad.
El asombró me mordió porque en aquel concierto, donde casi todo el mundo estaba visiblemente emocionado, se pudo ver en la pantalla el rostro del cantautor acompañado de figuras como Maggie Carlés, Mirta Medina, Annia Linares, Xiomara Laugart, Albita Rodríguez y otras glorias de la música cubana que viven hoy fuera de la Isla. ¿Se estará produciendo un deshielo cultural para recuperar el daño ocasionado por tantos años de intolerancia política? ¿Estaremos en vísperas de que se produzca el homenaje a Celia Cruz?
La nostalgia fue compartida, especialmente por el público de mi generación. La vergüenza no se puso de manifiesto, porque nadie allí pidió disculpas a Meme Solís por el dolor que le fue ocasionado. El asombro se manifestó en aplausos de aprobación cada vez que aparecía una de aquellas divas prohibidas.
Me gustaría que Meme Solís supiera que no lo hemos olvidado y que ya nadie tiene la arrogante intención de perdonarlo por haberse ido de Cuba, sino en todo caso el deseo de pedirle disculpas por haberlo abandonado a su suerte.
Publicado en el blog desdeaqui de Reinaldo Escobar el 7 de enero de 2012
Nostalgia, porque aquel programa A solas contigo que transmitía Radio Progreso pasadas las 10 de la noche, fue una de mis transgresiones preferidas en los años del servicio militar, cuando violábamos el horario de silencio y la prohibición de tener radios portátiles. Alrededor de la litera del recluta Andrés Villorín, poseedor del receptor, nos agrupábamos a escuchar aquellas canciones que eran un bálsamo de modernidad en el cerrado entorno de la música cubana de aquellos tiempos.
Vergüenza, porque en aquella época me pareció totalmente normal que Meme Solís fuera despojado de su derecho a presentarse en público por haber cometido la “incalificable falta” de solicitar la salida del país. Aunque lamentable, también me pareció normal y hasta aceptable, que sus canciones fueran desterradas de los programas radiales. Cuando ya casi todo el mundo lo había olvidado lo vi en persona, por primera y última vez, en el hotel Jagua de Cienfuegos donde animaba con el piano algunas noches del cabaret. Me pareció entonces que se estaba siendo generoso dándole aquella oportunidad.
El asombró me mordió porque en aquel concierto, donde casi todo el mundo estaba visiblemente emocionado, se pudo ver en la pantalla el rostro del cantautor acompañado de figuras como Maggie Carlés, Mirta Medina, Annia Linares, Xiomara Laugart, Albita Rodríguez y otras glorias de la música cubana que viven hoy fuera de la Isla. ¿Se estará produciendo un deshielo cultural para recuperar el daño ocasionado por tantos años de intolerancia política? ¿Estaremos en vísperas de que se produzca el homenaje a Celia Cruz?
La nostalgia fue compartida, especialmente por el público de mi generación. La vergüenza no se puso de manifiesto, porque nadie allí pidió disculpas a Meme Solís por el dolor que le fue ocasionado. El asombro se manifestó en aplausos de aprobación cada vez que aparecía una de aquellas divas prohibidas.
Me gustaría que Meme Solís supiera que no lo hemos olvidado y que ya nadie tiene la arrogante intención de perdonarlo por haberse ido de Cuba, sino en todo caso el deseo de pedirle disculpas por haberlo abandonado a su suerte.
Publicado en el blog desdeaqui de Reinaldo Escobar el 7 de enero de 2012