Cuando se cumplen las primeras 72 horas del paso del huracán Ian por el occidente cubano, residentes de las ciudad de Pinar del Río y del municipio de San Juan y Martínez, dos de los territorios más afectados, denunciaron a Radio Televisión Martí, un abandono total por parte de las autoridades.
En la ciudad de Pinar del Río, Julio César Góngora, asegura que hasta ahora nada han resuelto las autoridades locales.
“Medio Pinar del Río está sin techo, aquí la situación es precaria, sin corriente, tampoco hay agua y muchos viviendo bajo las estrellas y no habrá suficientes postes eléctricos para cubrir la enormidad de los daños en el territorio, no he visto resultado de la gestión gubernamental hasta ahora. Eso lo da el sistema, que no funciona”, opinó el activista.
“Ayer mismo no hubo pan, tampoco el miércoles, ni el café lo han vendido después de la tormenta por la canasta básica, aquí no se ha visto nada, las ropa mojada las tiran para los cercados, los televisores y otros equipos electrodomésticos, los abren y ponen sol, aquí no ha venido nadie”, declaró desde la cabecera provincial José Rolando Cásares.
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Otra residente de la ciudad de Pinar del Río, Yamilka Abascal, destacó por su parte: “Aquí no se ha preocupado el gobierno, nadie se pronunció para venir aquí a los barrios donde hay serios daños, para visitar los casos que tienen prioridad, es decir las personas enfermas y niños pequeños. No hay alimentos”.
Desde San Juan y Martínez, donde la mayoría de las viviendas quedaron destruidas, así como muchas casas de secado de tabaco, logramos contactar a Yamili Valdés, una mujer que acaba de perder su hogar.
“No pensamos que ese huracán fuera a pasar con tanta fuerza e intensidad. Todas las casas que tenían el techo de zinc y fibrocemento, que son la mayoría en el pueblo, casas buenas de mampostería también las derribó, lo único que dejó en pie fueron las casas de placa", explicó.
"San Juan y Martínez es un desierto total", afirmó.
"Mi casa se perdió, y con el mismo zinc del techo y otras partes de los materiales armamos un bohío para ver qué pasa, estamos aislados completamente y aquí no hemos visto a nadie. Están todas las palmas reales y demás árboles encima de la carretera, y los mismos vecinos que viven donde están caídos los arbustos los han ido quitando, pero no porque han venido las brigadas del estado para retirarlos", relató Valdés.
"Todo se mojó y estamos lavando con el poquito de agua que teníamos almacenada en los tanquecitos porque no hay agua, no hay nada, en la bodega no han dado nada. Estamos esperando para ver si dan algo, yo no sé de esos linieros que anunciaron para reparar los daños en la redes eléctricas, no sé si cogieron rumbo para oriente porque aquí no han llegado”, concluyó.
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