La reciente medida que elimina las restricciones a la entrada de tabacos cubanos a Estados Unidos, ha desatado reacciones encontradas dentro y fuera de Cuba.
El empresario Eric Newman, presidente de la fábrica de tabacos, J.C. Newman Cigar Company, radicada en Tampa, afirmó que la reciente medida de la Administración Obama, que elimina los límites impuestos hasta ahora a los viajeros para importar tabacos cubanos, tendrá repercusiones negativas para esa industria.
“Estos puros cubanos vienen libre de impuestos, pero nosotros [los productores estadounidenses] pagamos un impuesto de 40 centavos de dólar", dijo Newman a WSUF-FM, emisora pública de Tampa. "Así que nuestro gobierno está protegiendo el tabaquero cubano y atornillando al trabajador americano; a la fábrica de tabacos americanos”, agregó.
Newman Cigar es la única fábrica de tabacos que queda en Ybor City, Tampa, una región que fue reconocida en su momento por la producción de puros.
La medida adoptada por la Casa Blanca elimina el límite de $100 en importación de tabacos que los viajeros pueden traer a Estados Unidos y equipara esa restricción a las regulaciones aduaneras comunes para mercancías de otros países.
“Los tabacos son para Tampa lo que el vino es para Sonoma y Napa Valley; lo que los automóviles son para Detroit y Mickey Mouse para Orlando”, dijo Newman. “Los tabacos han sido el corazón y el alma de esta comunidad por 130 años”, subrayó.
Newman dijo que en las actuales circunstancias los tabacos cubanos estarían excentos de impuestos aduaneros, ni tienen que cumplir con las estrictas regulaciones establecidas por la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Esas normas, precisó Newman, incluyen entre otras la aprobación de la FDA de nuevas mezclas de tabacos, la obligación de etiquetear las cajas con advertencias de daño a la salud y la suspensión a las empresas que donen tabacos a organizaciones caritativas o soldados en el extranjero.
Pero para David Sonoma, director ejecutivo de la revista estadounidense Cigar Aficionado, la medida representa una oportunidad para los fumadores estadounidense de disfrutar de “los tabacos cubanos que han sido, por más de cinco décadas, la fruta prohibida por los estadounidenses”.
“Cuba es la cuna de la industria tabacalera de calidad, los tabacos cubanos tienen clase mundial. Son reconcidos por los conocedores de todo el mundo y son buenos, muy buenos”, afirmó Sonoma durante una entrevista difundida por la Radioemisora Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés).
Sonoma señaló que aún los tabacos cubanos no se pueden comprar en las tiendas de Estados Unidos, pero ahora sí se pueden traer desde otros países donde tienen establecido su mercado.
El levantamientode las restricciones que pesaban sobre el ron y el tabaco cubanos abre un nuevo abánico de posibilidades, pero también de cuestionamientos.
El disidente cubano, Manuel Cuesta Morúa, dijo que aunque la medida puede significar un mayor ingreso para las arcas gubernamentales, también representa una ventaja para la sociedad civil cubana.
"Yo creo que la normalización, en todas sus facetas, tiende a favorecer más a la sociedad civil cubana en su conjunto, que al gobierno", dijo Cuesta Morúa en una entrevista al periodista, Gessel Tobías de la Voz de los Estados Unidos de América (VOA), quien visitó Cuba y preparó un reportaje, sobre el tema.
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Para la dirigente de las Damas de Blanco, Berta Soler, el gobierno de Cuba se beneficia directamente de estas medidas, teniendo en cuenta que es el dueño de todas las empresas del país.
"Yo pienso que todas estas regulaciones benefician al gobierno, se han eliminado muchas restricciones del embargo, pero las cosas no están mejor, sino peor", afirmó Soler.