La presa política Lizandra Góngora advirtió que podría plantarse si las autoridades de la prisión Los Colonos, en la Isla de la Juventud, limitan los derechos que le pertenecen como reclusa.
Así lo dijo a través de la grabación de una llamada telefónica que hizo a su esposo Ángel Delgado el pasado jueves, enviada a nuestra redacción este lunes.
“Mi nombre es Lizandra Góngora Espinoza, yo estoy recluida en la prisión de mujeres de la Isla de la Juventud y yo estoy denunciando que no tengo privacidad para hablar con mi esposo, ni con nadie, las cosas que yo necesito porque, como yo estoy presa, yo tengo que hablar y decir por teléfono lo que la directora de esta prisión quiera y me permita que yo pueda decir. Ella dice que ya está autorizada a colgarme mi teléfono y a quitarme mi teléfono. Yo quiero que el mundo entero sepa que, si a mí se me priva de las cosas que me pertenecen como reclusa, yo me voy a plantar”, afirmó la opositora.
Góngora, de 38 años, fue condenada en abril de 2022 a 14 años de prisión, acusada por los supuestos delitos de “sabotaje”, “robo con fuerza” y “desorden público”, por participar en Güira de Melena, Artemisa, donde reside su familia, en las protestas que tuvieron lugar en Cuba el 11 de julio de 2021.
A finales de marzo de 2023, la opositora fue trasladada desde la prisión de mujeres del Guatao, en La Habana, hacia la cárcel Los Colonos, en la Isla de la Juventud, donde se encuentra actualmente.
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Desde ese centro penitenciario, Góngora ha denunciado acoso y frases intimidatorias por parte de una reclusa que cumple prisión preventiva por delitos de malversación y robo y que, además, porta un cuchillo bajo consentimiento de las autoridades por ser la encargada de hacer trabajos de jardinería en el lugar.
La situación también ha sido denunciada por Ángel Delgado, esposo de Góngora, quien ahora asegura que en el cubículo donde convive con prisioneras que cumplen altas condenas, la opositora presenta afectaciones de salud por el hacinamiento en el que se encuentra.
“Lizandra se siente mal porque tiene catarro y tiene la nariz tupida porque dice que hay muchas presas que ahí fuman, y ella no fuma ni nada de eso, y ella es alérgica. Entonces ella está pidiendo que le pongan una cama para al lado de una ventana y ellos no quieren”.
La prisionera política ha sido amenazada por la Seguridad del Estado, según ha denunciado con anterioridad su esposo, con ser enviada a una cárcel en la provincia Pinar del Río, o en el oriente del país, por pedir su traslado a una prisión donde pueda ser visitada con frecuencia por sus hijos, algunos menores de edad que, por los problemas de transporte para llegar a la Isla de la Juventud, pueden pasarse meses sin verla.
“Aquí yo tengo que hablar lo que ellos quieran y hasta que ellos quieran y lo que decidan que yo debo hablar”, concluyó Góngora su denuncia.