"Las órdenes cubanas de reprimir toda "candelita", con la furia criminal de bandas paramilitares, la PNB y la GNB, provocaron mayor indignación y energía para el movimiento cívico más amplio y profundo de nuestra historia"
Salgo del Congreso de Brasil, emocionada por ejercer el deber y el honor de hablar, como diputada, en nombre de todos los venezolanos. Coincidía con un homenaje a parlamentarios que hace 50 años la dictadura había expulsado del Congreso, acusados de "traición a la patria por haber criticado a su país en el exterior". Esto pudo influir en el entusiasmo con que los diputados, de pie, gritaban: "Venezuela", "democracia", "valientes" y "libertad", al retirarme de la plenaria.
La operación del régimen para impedir que el mundo conozca sus crueles violaciones a los DDHH, a la soberanía popular y a la libertad de expresión, ha sido costosa e inútil. Parlamentos, periódicos y hogares de todos los continentes llaman al régimen venezolano como lo que es: una dictadura.
Hasta hace dos meses, el régimen hizo creer que nos habíamos resignado. Venezuela despertó. Las órdenes cubanas de reprimir toda "candelita", con la furia criminal de bandas paramilitares, la PNB y la GNB, provocaron mayor indignación y energía para el movimiento cívico más amplio y profundo de nuestra historia. El régimen cruzó una línea roja y ahora, para los actores extranjeros, la indiferencia es complicidad.
Un pueblo está en la calle decidido a avanzar, irreversiblemente y sin demora, en la transición hasta la democracia. Un país que exige un cambio, no sólo de políticas o de gobernantes, sino en los valores, en el modelo de sociedad y que está decidido a hacerlo por las vías democráticas que contempla la Constitución. Por ello, no admitiremos un nuevo engaño con un llamado a diálogo que pretenda desmovilizar la protesta o aparentar legitimidad. En cuanto a los poderes públicos, rechazamos la oferta de cuotas para maquillarlos. Se impone la recomposición total del CNE, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría, sólo para empezar.
Hace dos años, en carta pública a Fidel Castro, le dije: "Cdte. Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo haremos entender como hace 50 años". Los Castro ya entendieron que los venezolanos lucharemos hasta conquistar la democracia, la soberanía nacional y la libertad. Como diputada y ciudadana, le digo, Sr. Maduro: ha llegado la hora de que Ud. también lo entienda: Renuncie.
(Publicado en El Universal el 5 de abril de 2014)
La operación del régimen para impedir que el mundo conozca sus crueles violaciones a los DDHH, a la soberanía popular y a la libertad de expresión, ha sido costosa e inútil. Parlamentos, periódicos y hogares de todos los continentes llaman al régimen venezolano como lo que es: una dictadura.
Hasta hace dos meses, el régimen hizo creer que nos habíamos resignado. Venezuela despertó. Las órdenes cubanas de reprimir toda "candelita", con la furia criminal de bandas paramilitares, la PNB y la GNB, provocaron mayor indignación y energía para el movimiento cívico más amplio y profundo de nuestra historia. El régimen cruzó una línea roja y ahora, para los actores extranjeros, la indiferencia es complicidad.
Un pueblo está en la calle decidido a avanzar, irreversiblemente y sin demora, en la transición hasta la democracia. Un país que exige un cambio, no sólo de políticas o de gobernantes, sino en los valores, en el modelo de sociedad y que está decidido a hacerlo por las vías democráticas que contempla la Constitución. Por ello, no admitiremos un nuevo engaño con un llamado a diálogo que pretenda desmovilizar la protesta o aparentar legitimidad. En cuanto a los poderes públicos, rechazamos la oferta de cuotas para maquillarlos. Se impone la recomposición total del CNE, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría, sólo para empezar.
Hace dos años, en carta pública a Fidel Castro, le dije: "Cdte. Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo haremos entender como hace 50 años". Los Castro ya entendieron que los venezolanos lucharemos hasta conquistar la democracia, la soberanía nacional y la libertad. Como diputada y ciudadana, le digo, Sr. Maduro: ha llegado la hora de que Ud. también lo entienda: Renuncie.
(Publicado en El Universal el 5 de abril de 2014)