El laudista cubano Manuel Paneque Lahenz estaba de cumpleaños cuando visitó este jueves la redacción de Martí Noticias. Cumplía 41 pero casi no se acordaba. Lo comentó al final de la entrevista. Y tiene lógica el olvido. Su teléfono no para cuando ultima detalles para el concierto que tendrá lugar este domingo 24, en la sala Artefactus, de Kendall.
Ya ofreció otro el día 16 en La Casa del TÉatro, también en Miami. Esta es una cuidad desparramada sobre el asfalto que, como recuerda a veces un amigo, se maneja de memoria. A veces los navegadores (GPS) no son capaces de ubicar bien una dirección, ya sea por obras o porque las calles se cortan de repente. Pero el instrumentista está dispuesto a vencer estos escollos. Miami, donde acaba de fijar residencia, es su segunda oportunidad fuera de su país.
Ya tuvo una en Colombia, donde vivió 18 años y adonde arribó de la mano de Liuba María Hevia, la relevante trovadora que siempre dejó una mano agarrada a la música campesina.
En Colombia, Manuel fue concertista; trabajó con el teatro nacional de ese país, tocó música cubana y se mantuvo estudiando para crecer como solista, "esa es la idea", aseguró el día de su cumpleaños que terminará sin lugar a dudas rodeado de amigos.
"Déjalo en 40, no me pongas más", bromeó cuando rectificamos las fechas y nos dimos cuenta de que son 41 años.
Paneque Lahenz es graduado de la primera promoción de la cátedra del laúd y el tres cubanos, que fundó en La Habana el profesor Efraín Amador con la ayuda de su familia, porque esa es una familia de músicos. Muchos años después de la fundación de la cátedra, Paneque Lahenz tocaría piezas de cámara para laúd y piano junto a Ariadna Amador, la hija del maestro que, además de intérprete, se ha dado a la tarea de transcribir música de Arsenio Rodríguez y similares que tocaban sin partitura, según la tradición popular de la época, los años 40.
El laúd ha tenido mejor suerte que el tres. En primer lugar se conoce su origen, árabe –el tres se cree que es cubano–, y luego se estudia en todo el mundo. El que llegó a Cuba es el contralto, recuerda Paneque Lahenz, aunque también se toca mucho en España, sobre todo Canarias. Ambos instrumentos tienen un recorrido muy fuerte en la música cubana tradicional.
Palmas y Cañas y el trajín de los guajiros
Nacido en Holguín pero trasladado a la capital por razones obvias de camino artístico, Manuel Paneque Lahenz pasó por Palmas y Cañas, la meca del punto guajiro, un género cubano cuya base es la cuerda pulsada; o sea, el tramo menos recordado del folclor nacional que es la parte ibérica.
En ese programa de televisión que "todavía existe", asegura Manuel, tuvo la suerte de tocar en el grupo Campo Alegre y acompañar a muchos campesinos. Al mismo tiempo tocaba el laúd en el noticiero cantado de Haciendo Radio, que a las seis de la mañana reclamaba de sus modestos esfuerzos hasta que un día lo echaron "por la puerta de atrás", por llegar tarde. Era imposible ese ritmo de vida.
Luego, sin que Manuel lo supiera, le esperarían largos años en el país que tan bien acoge a los cubanos y su música; el que hizo famoso a Polo Montañez y el que fue la segunda casa de Celina González.
Y, de Colombia, para Miami.
Este domingo presentará un programa polivalente. "Voy a hacer un recorrido por la historia del laúd. Voy a tocar a Bach en versiones mías y voy a terminar el show con obras campesinas, en versiones que hago para laúd y guitarra", adelanta a este redactor.
Además, quiere que la gente compre su disco que está en iTunes. Manuel Paneque: el laúd le canta a Cuba, así se titula el álbum que sirve de homenaje a la música cubana con obras de Saumell y Caturla, entre otros autores.
La sala Artefactus Teatro está ubicada en 12302 SW 133 CT, Miami, 33183. La función será a las 3:00 p.m. del domingo 24.