De momento se desconoce cuál será la pregunta que se hará en la consulta sobre el "estatus político" de las Malvinas
Las Malvinas celebrarán en 2013 un referéndum sobre su "estatus político" del que Londres espera que deje claro al mundo, y en especial a Argentina, que los isleños quieren mantener la soberana británica.
El inesperado anuncio de esta consulta fue realizado el martes en Puerto Stanley por Gavin Short, presidente de la Asamblea autónoma de las Malvinas, a dos días de que se cumplan 30 años del final de la guerra que enfrentó al Reino Unido y Argentina, cuyo aniversario ha encendido la relación entre ambos países.
El objetivo es enviar un mensaje claro de que "no tenemos ningún deseo de ser gobernados por Buenos Aires" y queremos "seguir siendo un territorio autónomo del Reino Unido en ultramar", aseguró Short sobre una consulta cuyo resultado arrojará, sin duda, un respaldo mayoritario a la permanencia en el Reino Unido.
Como era previsible, el Gobierno británico manifestó su apoyo al referéndum, el primero que se celebrará en esas islas del Atlántico Sur, y pidió a la comunidad internacional que respete la opinión que expresen los malvinenses, pese a la posición argentina.
De momento se desconoce cuál será la pregunta que se hará en la consulta sobre el "estatus político" de las Malvinas, que va a celebrarse en la primera mitad del año próximo y a la que serán invitados observadores internacionales.
Dick Sawle, uno de los ocho miembros de la Asamblea legislativa que gobierna las Malvinas, afirmó que la iniciativa, que partió de los isleños, fue apoyada de inmediato por Londres y resaltó que una total transparencia debe rodear el plebiscito.
"Lo más importante es que se haga de manera profesional y con observadores internacionales, para que no haya dudas sobre el resultado de la consulta", dijo Sawle a Efe por teléfono.
Apenas 3.000 habitantes viven en este archipiélago del Atlántico Sur rodeado de posibles reservas de hidrocarburos y cuya soberanía reclama Argentina desde que en 1833 fue anexionado por el Reino Unido, del que lo separan más de 12.500 kilómetros de distancia.
Nada más conocerse que habrá referéndum, el Gobierno británico expresó de nuevo su apoyo a la autodeterminación de los malvinenses y su confianza en que ayude a convencer a la comunidad internacional de que Argentina no tiene argumentos para reclamar la soberanía.
El primer ministro británico, David Cameron, indicó que la ONU "debe aceptar la decisión de cómo quieren vivir los isleños", que hace 30 años, en referencia a la guerra, "dejaron claro que querían ser británicos" ante los "invasores argentinos".
El Reino Unido "respetará y defenderá" el resultado de la consulta, pues "deben ser los isleños los que elijan si quieren ser británicos y el mundo debe escuchar su opinión", apuntó el "premier" en una declaración escrita.
Por su parte, el ministro británico de Exteriores, William Hague, destacó que "el principio de la autodeterminación es una parte clave de la convención de Naciones Unidas" y mostró su confianza también en que "toda la comunidad internacional se una a la hora de escuchar cuidadosamente lo que tienen que decir" los isleños.
El anuncio del futuro referéndum fue realizado en Puerto Stanley en presencia del secretario de Estado británico para Latinoamérica, Jeremy Browne, que se encuentra esta semana en las Malvinas con motivo del aniversario del fin de una guerra en la que murieron cerca de mil personas.
La fecha se ha hecho coincidir no solo con el 30 aniversario del fin de la contienda bélica, sino también con la reunión, el mismo da 14, del Comité de Descolonización de la ONU, al que acudirá la presidenta argentina, Cristina Fernández, con su reclamación sobre las Malvinas, entre tensiones con el Reino Unido.
El bloqueo económico planteado por Fernández para las Malvinas, con el cierre a sus barcos de los puertos vecinos, encendió los ánimos entre los británicos, que contraatacaron mandando a las islas para una instrucción militar al príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II, y un moderno destructor.
El inesperado anuncio de esta consulta fue realizado el martes en Puerto Stanley por Gavin Short, presidente de la Asamblea autónoma de las Malvinas, a dos días de que se cumplan 30 años del final de la guerra que enfrentó al Reino Unido y Argentina, cuyo aniversario ha encendido la relación entre ambos países.
El objetivo es enviar un mensaje claro de que "no tenemos ningún deseo de ser gobernados por Buenos Aires" y queremos "seguir siendo un territorio autónomo del Reino Unido en ultramar", aseguró Short sobre una consulta cuyo resultado arrojará, sin duda, un respaldo mayoritario a la permanencia en el Reino Unido.
Como era previsible, el Gobierno británico manifestó su apoyo al referéndum, el primero que se celebrará en esas islas del Atlántico Sur, y pidió a la comunidad internacional que respete la opinión que expresen los malvinenses, pese a la posición argentina.
De momento se desconoce cuál será la pregunta que se hará en la consulta sobre el "estatus político" de las Malvinas, que va a celebrarse en la primera mitad del año próximo y a la que serán invitados observadores internacionales.
Dick Sawle, uno de los ocho miembros de la Asamblea legislativa que gobierna las Malvinas, afirmó que la iniciativa, que partió de los isleños, fue apoyada de inmediato por Londres y resaltó que una total transparencia debe rodear el plebiscito.
"Lo más importante es que se haga de manera profesional y con observadores internacionales, para que no haya dudas sobre el resultado de la consulta", dijo Sawle a Efe por teléfono.
Apenas 3.000 habitantes viven en este archipiélago del Atlántico Sur rodeado de posibles reservas de hidrocarburos y cuya soberanía reclama Argentina desde que en 1833 fue anexionado por el Reino Unido, del que lo separan más de 12.500 kilómetros de distancia.
Nada más conocerse que habrá referéndum, el Gobierno británico expresó de nuevo su apoyo a la autodeterminación de los malvinenses y su confianza en que ayude a convencer a la comunidad internacional de que Argentina no tiene argumentos para reclamar la soberanía.
El primer ministro británico, David Cameron, indicó que la ONU "debe aceptar la decisión de cómo quieren vivir los isleños", que hace 30 años, en referencia a la guerra, "dejaron claro que querían ser británicos" ante los "invasores argentinos".
El Reino Unido "respetará y defenderá" el resultado de la consulta, pues "deben ser los isleños los que elijan si quieren ser británicos y el mundo debe escuchar su opinión", apuntó el "premier" en una declaración escrita.
Por su parte, el ministro británico de Exteriores, William Hague, destacó que "el principio de la autodeterminación es una parte clave de la convención de Naciones Unidas" y mostró su confianza también en que "toda la comunidad internacional se una a la hora de escuchar cuidadosamente lo que tienen que decir" los isleños.
El anuncio del futuro referéndum fue realizado en Puerto Stanley en presencia del secretario de Estado británico para Latinoamérica, Jeremy Browne, que se encuentra esta semana en las Malvinas con motivo del aniversario del fin de una guerra en la que murieron cerca de mil personas.
La fecha se ha hecho coincidir no solo con el 30 aniversario del fin de la contienda bélica, sino también con la reunión, el mismo da 14, del Comité de Descolonización de la ONU, al que acudirá la presidenta argentina, Cristina Fernández, con su reclamación sobre las Malvinas, entre tensiones con el Reino Unido.
El bloqueo económico planteado por Fernández para las Malvinas, con el cierre a sus barcos de los puertos vecinos, encendió los ánimos entre los británicos, que contraatacaron mandando a las islas para una instrucción militar al príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II, y un moderno destructor.