El grupo de análisis Stratfor llama la atención sobre la creación en Venezuela de una nueva fuerza paramilitar --bajo fuerte influencia de una entidad chavista identificada con Cuba-- con la que el gobierno de Nicolás Maduro procurará aferrarse al poder, en medio de la galopante crisis económica y el rechazo de casi un 70 % de los venezolanos.
En realidad los bloques de construcción de la nueva entidad ya estaban creados desde que se organizaron las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH o ubechés).
El ex presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello fue su principal promotor, y sus funciones están descritas en el llamado Decálogo de las UBCH, el cual llama a los militantes, entre otras cosas a ser elemento permanente de propaganda y movilización en torno al Plan de la Patria y los logros de la Revolución Bolivariana; defender logros de la Revolución y combatir en cualquier terreno a los enemigos de la Patria; ejercer tareas de contraloría social en su comunidad; ser el vínculo entre la comunidad y el Gobierno Nacional; y organizarse para ganar elecciones.
Pese a su nombre de resonancias castrenses, esta red de más de 13.000 células ha estado integrada por civiles sin entrenamiento militar y que al menos teóricamente no portan armas. Se ha encargado mayormente de otorgar privilegios de tipo clientelista y populista a los simpatizantes del gobierno en la base, aunque sus miembros también han sido convocados junto con los grupos de porristas y matones llamados “colectivos” para enfrentar protestas de la oposición.
El pasado 13 de marzo el exalcalde del municipio Libertador y dirigente del gobernante Partido Unido Socialista de Venezuela Freddy Bernal anunció que las UBCH deberían convertirse "en un tiempo prudencial" en Cuerpos de Combatientes para la Defensa Integral de la Nación.
“Esa UBCH, además de la tarea política, social, el casa por casa, e involucrada en las Misiones y Grandes Misiones, va ahora a dar otro salto adelante en organización y formación de un revolucionario integral y es toda una estrategia dentro del PSUV para hacer que cada UBCH se tranforme -en un tiempo prudencial- en un Cuerpo Combatiente en defensa integral de la nación”, explicó Bernal.
Siguiendo un patrón cubano, el ex presidente Hugo Chávez ya había decretado en 2007 la creación de una Milicia Territorial de un millón de efectivos civiles, como una alternativa militar en caso de perder el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Ahora Maduro crea esta nueva fuerza paramilitar de 13 mil 682 unidades “consustanciadas ideológicamente en el marco de la Revolución Socialista”, al decir de Bernal.
Stratfor señala que la decisión de transformar al grupo en una milicia desplazará su cadena de mando a la jerarquía militar, donde funcionará como una rama auxiliar de las fuerzas armadas que el Presidente puede controlar directamente en caso de crisis nacional.
Agrega el "tanque pensante" que estos Cuerpos de Combatientes para la Defensa Integral de la Nación estarán dirigidos por un mayor general aún desconocido, pero que sus tendencias ideológicas estarán fuertemente influenciadas por el Frente Francisco de Miranda, un ala del PSUV que se identifica estrechamente con Cuba, controla varios ministerios y la vicepresidencia y ejerce influencia directa sobre las UBCH.
El Frente fue fundado en La Habana en junio de 2003 por Chávez y Fidel Castro como un instrumento para insertar entre la población venezolana a líderes sociales chavistas “militantes del internacionalismo, antiimperialismo y la integración latinoamericana caribeña” y comprometidos con defender la revolución bolivariana, apoyar las misiones populistas del chavismo y “elevar el nivel de conciencia del pueblo” entre otras tareas.
El Himno de la entidad incluso hace referencia a su origen cubano: “Cuando el cielo mostraba tormenta / surgió un rayo de sol y esperanza / de una isla zarpaba una idea / nuestro Frente que es punta de lanza”.
Arsenal descontrolado
La creación de la nueva fuerza paramilitar atiza aún más la preocupación por lo que pudiera ocurrir "si la grave crisis venezolana deriva en un completo caos, con riesgo de guerra civil e implicación de fuerzas no regulares, como los colectivos y otros grupos armados callejeros alineados con el Gobierno", como apunta el madrileño ABC.
El diario español recordó ayer que entre 2009 y 2010 Cuba vendió a Chávez 400.000 minas antitanque y antipersonales, estas últimas prohibidas por el Tratado de Ottawa, junto con unos 150.000 fusiles destinados a la Milicia Bolivariana.
ABC señala que la posibilidad de que este armamento, así como 5.000 misiles antiaéreos portátiles“igla” comprados a Rusia, queden fuera de control en caso de un colapso institucional de Venezuela, preocupa a Estados Unidos y otros países de la región.
El diario madrileño acota que Cuba no es firmante del Tratado, como tampoco Estados Unidos, China y otro puñado de países, pero quiso reducir el número de minas heredadas de la Guerra Fría –se estima que tenía alrededor de un millón de ellas– vendiendo una buena parte a Venezuela, donde habrían sido distribuidas por el ministro de Defensa Carlos Mata Figueroa, hoy gobernador de Nueva Esparta.
“Chávez las compró porque desde 2004 había creado un nueva doctrina militar, que incluía la hipótesis de un conflicto con Estados Unidos o una guerra popular prolongada (inspirada en la "guerra de todo el pueblo" de Castro)” afirmó a ABC uno de los militares que recibió las minas cuando estas llegaron a Venezuela desde Cuba.
La fuente no pudo precisar cuántas de las 400.000 eran antipersonales, pero estima que lo eran un buen número de ellas.
El periódico afirma citando a personas que trataron el asunto con el Pentágono en los últimos meses de la Administración Obama, que la posibilidad de que ese material quede descontrolado, si la crisis venezolana desemboca en caos, ha inquietado a Washington.