El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, agradeció este jueves a la dictadura comunista de Cuba por el envío de alrededor de 500 médicos y enfermeras para enfrentar la pandemia de la COVID-19, algunos de los cuales, dijo, laboran en hospitales militares en el país azteca.
En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, López Obrador señaló que los médicos y enfermeras de la isla están ayudando a salvar vidas en México. Según el mandatario, dichos profesionales realizan sus labores con la ayuda de la Marina y las Fuerzas Armadas.
Lee también HRW pide a Panamá "garantizar" que Cuba no viole derechos de médicos cubanosEl Instituto de Salud para el Bienestar de México pagó a La Habana 135 millones de pesos mexicanos, unos 6.255.790 dólares, por los 585 ingenieros biomédicos, epidemiólogos, médicos especialistas, médicos generales integrales y enfermeros cubanos, contratados el pasado mes de mayo.
Expertos en el tema cubano han señalado que la presunta solidaridad de la dictadura cubana al enviar médicos al exterior ha estado signada por una imperiosa necesidad de recabar moneda convertible para su maltrecha economía.
En medio de la tormenta por la crisis en Venezuela, las sanciones de Estados Unidos y la alergia del régimen a reformas internas de mercado, la pandemia global puso la puntilla a la economía cubana con una caída en picada del turismo y las remesas familiares, dos de las principales fuentes de divisas del país.
Lee también El año en que se deshizo la leyenda rosa de las misiones médicas de CubaDesde 2017, importantes medios de prensa habían revelado aspectos del esquema cubano de tráfico de profesionales, como el despojo salarial, las presiones y amenazas, la retención de documentos de identidad y el uso de los médicos para hacer proselitismo político.
Publicaciones como The New York Times, The Guardian, Wall Street Journal, Miami Herald, Time y la BBC los expusieron después de hablar directamente con cooperantes que habían desertado o pidieron anonimato.
En 2020. las evidencias fueron reforzadas por más reportajes de la prensa internacional; el emplazamiento al gobierno de Cuba por parte de dos relatoras temáticas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; investigaciones de organizaciones dedicadas a los derechos humanos en Cuba; dos demandas judiciales bien argumentadas con los testimonios de exmiembros de las misiones; y la denuncia de una importante organización internacional especializada.